Por Mariano Castillo
Thomas Carlyle teólogo e historiador británico llamó despectivamente “Un evangelio de suciedad” a la tesis de Darwin “El Origen de las Especies”, incluidos algunos de los científicos mas destacados de la época tenían verdaderas dificultades en comprender el concepto de selección natural y nuestro pasado primate.
Si la evolución ha sido un proceso lento de millones de años ¿Qué pistas nos quedan de tan remoto y lejano tiempo?.
Para adelantarnos a esta ultima rama de nuestros ancestros encontramos varios primos muy cercanos que todavía habitan con nosotros. Los simios antropomorfos, chimpancés, gorilas y orangutanes. Tienen el mismo numero de dientes que los hombres, todos tienen manos con pulgares, ninguno tiene cola, etc. Con los datos disponibles sobre estos simios, resultan ser los chimpancés con quien compartimos una sorprendente semejanza, más que con cualquier otro animal en la Tierra. El pariente mas próximo del chimpancé es el hombre. No los orangutanes, sino las personas. Sus esqueletos y cerebros son muy parecidos al nuestro.
Observando su hábitat cuidadosamente nos damos cuenta que es un mundo inconfundiblemente familiar. Los chimpancés, por ejemplo, tienen jerarquías que en situaciones de tensión podrían parecer prisiones humanas, bandas y pandillas motorizadas, tiranías o monarquías absolutas. Los chimpancés tienden a perder los estribos rápidamente cuando están nerviosos o excitados, guardan rencor, alimentan resentimientos y deseos de venganza, planifican actividades futuras, los vínculos familiares pueden ser intensos. Experimentan una tristeza prolongada en la perdida de un ser querido, los ancianos tienen canas y pierden los dientes.
Los chimpancés se emborrachan, hacen amigos para cazar juntos y defender su territorio, comparten comida con parientes y amigos. Si se crían a chimpancés entre personas se ha visto que pueden masturbarse ante fotografías de personas desnudas, guardan secretos, mienten, oprimen y protegen a los débiles. Cuando una cría ha trepado muy alto, su madre que esta haciendo una vida social abajo con sus amigas, da unos golpes enérgicos al tronco y la cría baja obediente.
La agresión entre ellos es episódica y de advertencia, son mas comunes las relaciones amistosas cuando en libertad. Los machos actúan de protectores con las hembras y las crías, arriesgan fácilmente sus vidas para rescatar a uno pequeño en peligro, existe el altruismo. Pero éstos pueden ser capaces de gran violencia cuando cazan, escalan jerarquía o en cautiverio. En estado de irritación y por demostrar su dominio, un macho puede agarrar a un pequeño inocente espectador y aplastarlo contra las rocas. Los chimpancés tienden a abusar de su posición y dirigir su irritación hacia los de rango inferior o hembras. Para mostrar su postura de amenaza, tienden a mostrar los dientes, darse golpes en el pecho y mostrar su pene erecto y levantar los testículos.
Tienen un gran entusiasmo sexual, pasan mucho tiempo del día en cortejo, un conjunto de rituales y gestos que el macho comunica a la hembra sus intenciones sexuales, el promedio de copulas es de una o dos por hora y es un acto rápido, existe la homosexualidad como un medio de sumisión, los machos inferiores se ofrecen sexualmente al macho alfa parando el trasero y moviéndolo de un lado a otro.
A pesar de su comportamiento sexual aparentemente libre, los chimpancés también tienen celos. Un macho que rechazo las proposiciones de una hembra en celo y copuló con la hija de ella, recibió un bofetón propinado por la indignada madre. Cuando un chimpancé nota la infidelidad de una hembra, motivado por los celos y el deseo de congraciarse con el jefe, corre hacia el macho alfa, lo toma del brazo y señala hacia el lugar y lo conduce hasta la pareja traidora. El macho cornudo viendo lo sucedido ataca a la hembra.
Las sociedad de los chimpancés tiene un conjunto de normas que sus miembros acatan: Se someten a los de categoría superior. Las hembras ceden ante los machos. Aman a sus padres. Cuidan de sus hijos. Tienen una especie de patriotismo. Comparten la comida. Abominan el incesto. Por lo que sabemos no tienen legisladores. No hay tablas de la ley, no hay libros sagrados que expongan un código de conducta. Sin embargo esta en vigor algo parecido a un código ético y de moral. Un código que muchas sociedades humanas considerarían reconocible y agradable.
Sus vidas nos son tan remarcablemente familiares. Pero no evolucionamos de los chimpancés. Éllos y nosotros venimos de un ancestro en común de hace alrededor de 6 millones de años. Somos solo primos.
Observando a nuestros parientes mas próximos, aprendemos de sus comportamientos, su hábitat, sus costumbres, su lenguaje, sus emociones y reacciones. En nuestro interés y curiosidad por los primates, abrimos una ventana a nuestros ancestros y a una búsqueda de quienes somos.