AUTOR: Montserrat Muñoz
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Guadalajara, Jalisco. (Agencia Informativa Conacyt).- Casi un tercio de la población mundial vive con tuberculosis latente sin saberlo. Esta enfermedad, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una de las cinco causas principales de muerte en mujeres de entre 15 y 44 años y ocasionó un millón y medio de muertes en el orbe en 2014.
En un esfuerzo por revertir esta situación, un grupo de científicos del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ) trabaja en la modificación por ingeniería genética de la vacuna contra esta enfermedad.
El doctor Mario Alberto Flores Valdez es quien lidera esta investigación, que hasta el momento ha mostrado avances favorables en modelos animales y ha generado dos solicitudes de patentes a nivel nacional e internacional.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el también director del área de Biotecnología Médica y Farmacéutica del CIATEJ compartió los avances de cinco años de investigación en esta vacuna derivada de una proteína del gen hsp65 y que al día de hoy ha tenido un efecto protector en un modelo de ratón diabético no obeso.
“Estamos trabajando en modificar la vacuna actual con componentes de la bacteria causante de infección, Mycobacterium tuberculosis. Estamos tomando BCG (vacuna contra la tuberculosis) y modificando para que simule alguna circunstancia que va a ocurrir durante el ciclo de infección. La hipótesis que yo trabajo es en la fase crónica de la enfermedad, para buscar una protección contra la tuberculosis latente. Tenemos evidencia en un par de modelos de ratón, uno de infección crónica y otro de reactivación, donde protege mejor nuestra vacuna modificada que la que existe hoy en día”, compartió el investigador.
Pese a los avances favorables, el académico reconoció que el camino aún es largo. “La investigación es temprana en el sentido de que llevar una vacuna de la idea a los farmacéuticos tarda alrededor de veinte años. No estamos en pañales, estamos entre gateando y aprendiendo a caminar”.
Sobre la vacuna utilizada en todo el mundo actualmente, el doctor comentó que se utiliza desde 1921, se denomina bacilo de Calmette y Guérin (BCG) y es la única aprobada por la OMS. Es la primera en aplicarse al nacer en el esquema de vacunación en México y está diseñada para proteger contra la tuberculosis meníngea, no así contra la pulmonar ni la tuberculosis latente, que es el tipo que afecta a un tercio de la población en el planeta de manera asintomática o no aparente.
“La diseminación es lo que sigue haciendo necesaria la aplicación de la vacuna, por la prevalencia de casos que hay. Esta protege únicamente a niños; un niño podría morir por la diseminación debido a que no tiene la madurez suficiente para contener la enfermedad”, explicó.
Alto a la tuberculosis
La tuberculosis tiene dos manifestaciones clínicas. La más conocida es la activa, cuyos síntomas principales son tos crónica, expectoración con sangre, fiebre y sudores nocturnos. En tanto, durante la tuberculosis latente el sistema inmune reconoce antígenos de la persona infectada pero no hay ninguna manifestación y únicamente se aloja en los pulmones hasta que un detonador, como la desnutrición, diabetes, trasplantes o VIH, la activa.
Cifras de la OMS revelan que en 2014 más de nueve millones y medio de personas enfermaron de tuberculosis, aunque únicamente un millón y medio falleció por esta enfermedad, asociada normalmente a la marginación y la pobreza debido a que 95 por ciento de los casos presentados en 2014 sucedió en países de ingresos bajos y medianos.
Sin embargo, existe un programa liderado por la OMS denominado “Alto a la Tuberculosis”, mismo que pretende erradicar la enfermedad por completo en 2030 o reducir los niveles de incidencia en 95 por ciento, como lo presentan los países con el mejor manejo de la enfermedad.
En este contexto, México es un país de movilidad intermedia, “debido a que tenemos 20 o 30 casos por cada cien mil habitantes, es decir unos 20 mil casos nuevos por año. Los estados con más problemas son los de mayor población y población migrante, como Baja California, Nuevo León o la Ciudad de México”, comentó Flores Valdez.
El tratamiento
El tratamiento contra la tuberculosis es de administración prolongada, explicó el entrevistado. “Hay una etapa intensiva de tratamiento de dos meses y otra de aseguramiento de cuatro a seis meses. Durante ese tiempo se hace un seguimiento en el laboratorio donde se toma una muestra de expectoración para saber si el cultivo de la bacteria se vuelve negativo”.
Dado que la velocidad de crecimiento de la bacteria es muy lenta —las células se replican aproximadamente cada uno o dos días—, la detección de la enfermedad toma al menos dos meses en realizarse, una vez que se ha sospechado clínicamente de la presencia de tuberculosis y se hayan realizado radiografías y cultivos.
Uno de los problemas que debe sortear la investigación de los especialistas del CIATEJ reside en que existen al menos medio millón de casos que han manifestado resistencia a uno o varios fármacos en diferentes medidas. “Si te va bien y no presentas resistencia a los fármacos, en seis meses te curaste. Si te va mal, pueden pasar uno o dos años y no te vas a curar”, finalizó Flores Valdez.