Las aduanas constituyen un canal importante por el que ingresa a México la piratería y productos con falsificaciones; para combatir la importación de productos apócrifos existen mecanismos legales a los que pueden recurrir los afectados.
Especialistas del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), señalan que la falsificación de productos de marcas conocidas será el delito del futuro, ya que la globalización trajo consigo conocimiento, tecnología y rápido desplazamiento de productos.
En el mercado local existe una gran variedad de productos que, por estadísticas, muy probablemente no serán genuinos, ya que según datos recientes de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) y la Alianza Internacional para la Propiedad Intelectual, México es el cuarto lugar de piratería en el mundo.
Por lo que atiende a la falsificación, hay desde ropa y calzado, equipo de cómputo y accesorios, alimentos y bebidas, hasta medicinas, de los cuales si bien un buen porcentaje se elabora en México, otra gran parte de esa mercancía proviene de un país distinto, sin que se rindan cuentas a los titulares de los derechos que están siendo explotados comercialmente en forma ilegal.
Las funciones relativas a la entrada de mercancías al territorio nacional o a la salida del mismo son facultades exclusivas de las autoridades aduaneras. Por ello, las aduanas constituyen un canal importante por el que la piratería o los productos con falsificaciones provenientes del extranjero se hacen presentes en el País.
Para combatir la importación de productos apócrifos a México con el fin de evitar su posterior distribución y venta en el mercado nacional, sea porque hayan copiado ilegítimamente una obra artística o litería (películas, libros, música), porque falsifican una marca o porque utilizan una patente mexicana sin pedir la autorización del titular de los derechos, existen mecanismos legales a los que pueden recurrir los afectados.
El primero de ellos es la imposición de medidas provisionales por conducto del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), procedimiento que debe seguirse como una solicitud de declaración administrativa de infracción. El segundo camino y sólo para la falsificación y la piratería, está el aseguramiento de la mercancía mediante la presentación de una querella ante la Procuraduría General de la República (PGR), quien al igual que el IMPI, emite una resolución de suspensión de la circulación de dichos producto para impedir su inminente entrada al mercado mexicano y entonces el procedimiento legal pueda seguir su curso natural sin que el titular del derecho corra el riesgo de perderles el rastro una vez que obtenga una resolución favorable de la autoridad.
Vale la pena mencionar que esta clase de delitos son graves, por lo que no alcanzan el beneficio de la libertad bajo fianza. Y con justa razón son equiparados con la delincuencia organizada, ya que la piratería es considerada una importante fuente de recursos de crímenes de altas magnitudes como el narcotráfico.
Es de aplaudir el relativamente reciente acuerdo entre las autoridades aduanales con organismos defensores de la propiedad intelectual, entre los que figura el IMPI, quien cuenta con la base de datos necesaria para la identificación de mercancía que está siendo introducida al país por parte de personas que no son titulares de derechos industriales o intelectuales, o sus licenciatarios inscritos.
De hecho, algunas de las aduanas en México ya cuentan con un catálogo de marcas, el cual van enriqueciendo con el apoyo de asociaciones y gremios que velan por los intereses intelectuales de las empresas preocupadas por proteger y defender sus activos intelectuales, quienes a su vez han venido desarrollando programas de entrenamiento y capacitación al sector aduanero con el objeto de mejorar los mecanismos que actualmente aplican en la detección de productos piratas que van a ser ingresados por puertos y fronteras del territorio nacional.
Sin embargo, para apoyar la labor de las autoridades, los propietarios de los bienes intangibles deben poner atención especial en inscribir los contratos de licencia que se tengan celebrados con terceros que vayan a introducir productos con sus marcas registradas en México, puesto que de no ser así, podrían perseguir a aquel que no figura como autorizado por el titular de los derechos en nuestro país.
No es una labor sencilla acabar con la piratería y falsificación, sean nacionales o importadas, pues no sólo se requiere de un esfuerzo significativo por parte de las autoridades, de la iniciativa privada y de los dueños de los derechos, sino que también resulta imprescindible que la gente aprenda a ser consumidores conscientes del daño que socialmente causan si adquieren un producto que no es auténtico.
“La piratería es considerada una importante fuente de recursos para cometer crímenes de altas magnitudes como el narcotráfico”