Por Alain Oñate
A un lado del Pico de Orizaba se encuentra el Gran Telescopio Milimétrico, único en su tipo y sin duda motivo de orgullo nacional.
Esta sofisticada obra requirió una inversión de mil 800 millones de pesos (150 millones de dólares, aproximadamente), y su construcción se realizó entre México y Estados Unidos a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), y la Universidad de Massachusetts.
Situado a más de 4 mil 500 metros sobre el nivel del mar y a una latitud de +19 grados, este gran coloso se eleva en el Volcán Sierra Negra.
Ha tenido 16 años de trabajo que vió los primeros frutos a finales de 2010, con la llamada primera luz. Esto, con la ayuda de 32 metros de paneles con los que pretenden vislumbrarlo que aún no ha podido ver el hombre. La capacidad de vislumbramiento es de años luz.
Este es un telescopio de apertura simple diseñado por la empresa alemana Man Tecnologie; cuenta con una superficie reflectora primaria de 50 metros de diámetro -actualmente está en 32 metros, distancia suficiente para iniciar los estudios-.
Con esta capacidad se podrá observar mediante imágenes el nacimiento y evolución de las estrellas, formación de planetas extrasolares, constitución de cometas, crecimiento jeraquico de las galaxias y sus cúmulos.
Puede obtener información de hoyos negros y fenómenos ocurridos poco después del Big Bang, el cual dio pie al origen del universo hace más de 13 mil millones de años.
El GTM integra nuevas tecnologías e innovadores materiales, los cuales fueron gestados en componentes estructurales, electrónicos y mecánicos. Además de trabajar con materiales avanzados, como fibra de carbono.
Esta tecnología nació en el INAOE, situado en Tonanzintla, Puebla, en el “Laboratorio de Superficies Esféricas”, el cual cuenta con la máquina de medición más grande del mundo, con capacidad para calibrar piezas automotrices.
En este laboratorio se calibran los paneles con un margen de error en micras (la millonésima parte de un metro), debido a la exactitud, el laboratorio tiene que estar a un temperatura de 20 grados para el óptimo desarrollo de la máquina.
GTM: Responsabilidad social-ambiental
Aparte de generar conocimiento que posteriormente se convertirá en tecnología utilizable por la iniciativa privada, los administradores del GTM se preocupan por el desarrollo personal de las comunidades de la región: organizan programas de divulgación científica titulados “Baños de ciencia”, en los que se difunde la importancia de conocer lo que está bien hecho en México, e impulsar el conocimiento y la divulgación científica.
En el Parque Nacional Orizaba, una zona protegida ubicada en las faldas de la montaña que alberga al GTM, se pretende preservar la flora y fauna de aquella región, además de impulsar el empleo temporal.
Con estas acciones, el GTM es un programa redondo que cubre tres esferas principales: la tecnológica, la social y ambiental. Además, pone muy en alto a México a la par de las principales potencias, demostrando de esta manera que en el País hay gente capaz.