Por Jorge Molet
Los nuevos retos que enfrentamos actualmente por el deterioro del medio ambiente representan, paradójicamente, un área de oportunidad para los desarrolladores de nuevas tecnologías.
Es un hecho, el futuro nos ha alcanzado. Nuestra generación nunca se imaginó que noticias tales como el inminente deshielo de los polos o cuestiones como el calentamiento global nos pudieran alcanzar tan rápidamente.
Todavía hace algunos años, estos asuntos se veían tan lejanos que resultaba difícil imaginarlos; sin embargo, hoy son temas de todos los días y poco a poco van tomando una fuerte influencia en todas las áreas de nuestra actividad cotidiana. Es en este momento en el que debemos valorar el costo de oportunidad que implica el negocio de la ecología, el cual va de la mano con la propiedad intelectual.
Y es que tiene lógica. El pacto social entre los ciudadanos y el gobierno relacionado con la propiedad intelectual consiste en el otorgamiento temporal de un monopolio legal a favor del inventor como incentivo a su inventiva y trabajo para desarrollar cosas nuevas; invenciones que después de transcurrido el tiempo que establece la ley, pasan al dominio público, en donde cualquier persona puede explotarlas libremente en beneficio de la sociedad. Este sistema fomenta el desarrollo de nuevas tecnologías con base en el beneficio de explotación exclusiva que lo caracteriza.
Los nuevos retos que enfrentamos hoy en día por cuestiones ambientales, paradójicamente representan un área de oportunidad para aquellas personas que logren desarrollas nuevas tecnologías. Hasta el propio gobierno considera la investigación de nuevas tecnologías como actividad prioritaria para efectos de otorgar estímulos fiscales; su incorporación o utilización que tengan como objetivo principal evitar, reducir o controlar la contaminación o deterioro del ambiente, así como el uso eficiente de recursos naturales y de energía, según consta en el artículo 22 bis de la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
En el 2006 se calculaba que en el mundo circulaban unos 700 mil millones de envases de plástico, botellas y latas, según difundió la revista de la OMPI en octubre de ese año. Hoy existen ya muchas empresas dedicadas a su procesamiento y reutilización; sin embargo, en países emergentes como el nuestro esta tecnología parece no estar al alcance de todos y no hemos sido capaces de desarrollarla, lo que en un futuro próximo nos afectará seriamente ya que nos veremos en la necesidad de adquirirla a precios altos.
Ya existen también automóviles eléctricos y de pilas de hidrógeno que se están desarrollando rápidamente para alcanzar velocidades y distancias sin tener que cargar combustible y lo más importante: sin contaminar más el medio ambiente.
De igual forma, hay nueva tecnología tendiente a reducir la emisión de gases de efecto invernadero en sectores de la construcción y fabricación. No hablemos del desarrollo en el ámbito médico y de comunicaciones, el cual está alcanzando niveles difíciles de imaginar. Todas estas nuevas invenciones destinadas a la protección del medio ambiente están siendo desarrolladas con base en protección de patentes, las cuales cumplen con requisitos de inventiva, novedad y aplicación industrial,lo que las hace invenciones susceptibles de ser protegidas por 20 años en el caso de patentes; 10 años en el caso de modelos de utilidad, y en el caso de modelos industriales 15 años, tiempo en el inventor cuenta con la exclusividad para su explotación.
Si su empresa está interesado en desarrollar este tipo de tecnología y se ha percatado del área de oportunidad en que nos encontramos, es importante saber que la invención debe ser nueva, es decir, no debe ser parte de lo conocido, por lo que de preferencia el inventor debe mantener en secreto su invención hasta antes de divulgarla o comercializarla. De lo contrario, se considerará que la invención ya no cuenta con novedad y perderá la oportunidad de protección.
En este tema no todo está perdido, si su invención ya fue divulgada, todavía cuenta con un período de gracia de 12 meses -en el caso de las patentes- a partir de la fecha de divulgación para poder presentar la solicitud de patentes sin perder la novedad, lo cual, aunque no es lo óptimo, nos permite monitorear el comportamiento del invento en el mercado antes del trámite de patente.
Vale mucho la pena asesorarse en estos temas antes de invertir grandes cantidades de dinero en un proyecto de invención.
De hecho, antes de iniciar cualquier trámite es necesario realizar una búsqueda de antecedente, el cual tiene dos propósitos fundamentales: Verificar la viabilidad para obtener la patente, y corroborar que el invento en desarrollo no invada derechos de patentes previamente concedidas.
Con lo anterior queremos decir que si bien el desarrollo de invenciones nuevas relacionadas con la protección al medio ambiente son un área de oportunidad real a la vista de todos, también lo es que su protección requiere de atención importante, con lo cual se asegura que el inventor obtenga los recursos justos por su creatividad y necesarios para seguir desarrollando, lo cual beneficia en gran medida los intereses de nuestro país que tanto lo necesita.