El prototipo en sólido es idóneo para su uso en cavidades grandes, a diferencia del polvo usado en hendiduras pequeñas
A partir de la ceniza de la cáscara de arroz, investigadores del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM obtuvieron hasta 95 por ciento de silicio para crear un sustituto óseo más económico al que actualmente se usa, al ser su materia prima menor al 60 por ciento.
El silicio es un elemento indispensable en la creación de biovidrios, material que puede fomentar la actividad celular, brindando beneficios en el proceso de regeneración ósea. Los biovidrios se introducen directamente en alguna lesión en hueso, por ejemplo, en el área odontológica.
El regenerador que actualmente se usa es en polvo y se produce en 12 horas a 1300 grados de temperatura. El prototipo que está en proceso de prueba, se produce en tres horas a 700 grados y es un sólido, idóneo para su aplicación en cavidades más grandes, a diferencia del polvo, empleado en hendiduras pequeñas.
La doctora responsable del proyecto, Norma Angélica Sánchez Flores, detalló que “se crea un material sólido, lo cual tiene la ventaja de que se puede usar en lesiones mayores. Asimismo, se puede tener una mejor regeneración debido a la porosidad del material, entonces hay mayor facilidad de que las células emigren a la cavidad y se dé una regeneración ósea favorable”.
El sustituto de hueso desarrollado también posee características mecánicas similares a las del hueso, mismas que ayudarán a brindar soporte estructural beneficiando la interacción biológica y de bioactividad.
Innovación puma
La invención inició en 2012 como proyecto de tesis doctoral de la alumna Miriam Marín Miranda, quien buscaba abatir el costo de los sustitutos óseos que actualmente se emplean; encontró una alternativa que, además, es sustentable, ya que se produce a partir de la cáscara de arroz, es decir, un desperdicio industrial, que mejora las propiedades de los biovidrios.
“Se tiene una cavidad, se coloca el polvo, se cierra la herida y con el tiempo se regenera el hueso de manera natural”, describió la doctora Sánchez Flores.
Actualmente, las investigadoras trabajan en el primer prototipo del posible sustituto óseo. El siguiente paso es definir la interacción del material a nivel celular y realizar las pruebas biológicas y de citotoxicidad.
“Es un logro porque a partir de un desperdicio industrial podemos aprovecharlo y obtener un material a utilizarse en la salud humana”, finalizó la doctora en Ciencias Químicas, Norma Angélica Sánchez. (Agencia ID / Samara García H.)