FUENTE: APOLO SERVICE, [email protected], https://www.facebook.com/
Las dinámicas de contratación de servicios en línea ha modificado los modelos económicos a los que estamos acostumbrados, haciendo que la vida sea más práctica.
Las herramientas que la tecnología pone en nuestras manos han comenzado una disrupción en la forma de conectar personas. El máximo beneficiado de estas dinámicas es el usuario.
A través de modelos como el sharing economy, también llamado consumo colaborativo, podemos compartir, alquilar, prestar bienes que no estamos usando a cambio de un beneficio recíproco. Mediante la innovación tecnológica, este proceso de intercambio se ha refinado, convirtiéndose en una tendencia global.
Una revolución que se ha especializado a través de plataformas como Uber, que permite compartir viajes o, Airbnb, app para reservar viviendas en cualquier parte del mundo.
Renta de autos de lujo, hogares temporales para nuestras mascotas para cuando estamos de viaje, asistentes personales para hacer el supermercado, la oferta es mucho más amplia.
Este tipo colaboración persona a persona van más allá del producto, ya que en su propuesta por optimizar bienes y recursos va incluida la socialización de experiencias que, de otro modo serían mucho más costosas.
El consumo colaborativo es la enésima muestra del valor que tiene la revolución digital y un modelo emergente de inmenso potencial para los consumidores.
Especialistas visualizan que, gracias a la flexibilidad que representa, en algunos años terminarán los trabajos de horario fijo en oficina. Un futuro que muchos encuentran muy atractivo.