La variante de la enfermedad se presenta en menores de 50 años, personas que no necesariamente son obesas y se trata mediante insulina
Un estudio genético realizado por un consorcio científico México-estadunidense ha identificado un gen presente en mestizos e indígenas de nuestro país que puede desarrollar la diabetes MODY (Maturity-Onset Diabetes of the Young), misma que se manifiesta hacia los 45 años en personas que generalmente no son obesas y requieren pronto el uso de insulina.
En la primera parte de la investigación se tomaron muestras del ADN de más de ocho mil mexicanos, la mitad de ellos radicados en la Ciudad de México y la otra en Los Ángeles, California; en la segunda etapa participaron poco más de cuatro mil connacionales, con una relación de 75 por ciento en la capital del país y el restante en la ciudad californiana.
Este magno estudio ha sido auspiciado por el Consorcio SIGMA (Iniciativa Slim en Medicina Genómica las Américas), el cual integra a investigadores del Broad Institute(de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, de EU), del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán y del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, por parte de México.
“Tomó mucho tiempo la colección de las muestras, para después, a partir de la información genética más los datos clínicos, buscar la variante entre millones de datos generados. Una vez que los tuvimos todos se secuenció el ADN y nos llevó un año procesar la información e inferir cuál sería la aguja en el pajar”, refiere el científico mexicano Karol Estrada, investigador en la Unidad de Genética Analítica y Traslacional del Hospital General de Massachusetts y en el Broad Institute en Boston.
La investigación fue publicada en la revista Journal of the American Medical Association, donde reportó que el mutado gen SLC16A11 se presenta en 30 por ciento de la población mestiza y hasta en 50 por ciento de la indígena mexicana.
La diabetes MODY generalmente se presenta en población joven, y el paciente llega a la clínica y recibe tratamiento como si fuera diabético del tipo II. Su prevalencia en México no se conoce, y son pocos los países que tienen registros de su presencia, pues para identificar este tipo de diabetes se tiene que hacer un estudio de toda la familia.
“Si existiera una prueba genética de ADN se podría determinar en minutos el tipo de diabetes y a partir de ello el tratamiento a seguir, con todo y la dosis correcta del tratamiento para mejorar la condición del paciente.
“En la segunda parte del estudio internacional se trabaja en una herramienta diagnóstica genética que cueste menos de 100 pesos y que ahora no existe. Para lograrlo nos facilita el trabajo saber que se trata de una sola variante de gen para la población mexicana y no se tiene que hacer pruebas para muchos otros genes”, puntualiza el doctor Karol Estrada. (Agencia ID)