Saltillo, Coahuila. (Agencia Informativa Conacyt).- El Instituto Mexicano del Maíz (IMM) “Dr. Mario E. Castro Gil”, de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), tiene como uno de sus principales objetivos la generación de alternativas agrícolas, a través de investigación, para mejorar la siembra y producción de maíz en México.
Todo tipo de productores del país se ha visto beneficiado a partir de los desarrollos científicos-agrícolas del IMM, como estudios de ciencia básica e híbridos y variedades de maíz.
“Mario Castro Gil, fundador del Instituto Mexicano del Maíz, vio las bondades del cultivo y las riquezas que teníamos como mexicanos, vio que dependíamos de muchos productos y subproductos del maíz, le dio la importancia que ameritaba en aquellos años y el futuro que tenía. Es parte del mexicano y tiene que seguir cultivándose y mejorándose”, comentó el ingeniero Gustavo Alfonso Burciaga Vera, director e investigador del Instituto Mexicano del Maíz.
El enfoque inicial del instituto fue proveer al agricultor mexicano opciones varietales para incrementar la producción de maíz.
“La constante ha sido un interés de aportar a la agricultura mexicana opciones de desarrollo como función central de las universidades públicas, como son la formación de recursos humanos, la investigación para la enseñanza y generación de productos transferibles como son variedades e híbridos, en el caso, del maíz”, explicó el doctor José Espinoza Velázquez, investigador del IMM.
Actualmente, el IMM está integrado por ocho miembros: cuatro doctores, un maestro en ciencias y tres ingenieros.
Los investigadores desarrollan el maíz, de acuerdo con cuatro principales regiones agroecológicas, que se determinan por diversas condiciones medioambientales, principalmente por el factor de metros sobre el nivel del mar (msnm).
Las regiones que trabaja el IMM son: trópico húmedo (0 a 1000 msnm), trópico seco (0 a 1000 msnm y precipitaciones menores a 700 milímetros al año), Bajío (1000 a 2000 msnm) y valles altos (más de 2000 msnm); además de las zonas de transición, que son aquellas que trabajan simultáneamente dos regiones.
Con todo esto, el Instituto Mexicano del Maíz busca crear opciones para el beneficio de la agricultura nacional y la formación de recursos humanos especializados en el mejoramiento del maíz.
Todo material desarrollado en el IMM implica una investigación de corte básico que estudia la calidad nutrimental de los granos de maíz, la calidad nixtamalera, posible generación de maíces especializados para aplicaciones exclusivas, etcétera.
“Si vemos material potencialmente transferible, también se hace investigación de corte básico académico, este tipo de proyectos tiene que ser financiado exteriormente y el investigador tiene que sacar sus habilidades para hacer propuestas viables ante organismos regionales, nacionales o internacionales”, señaló el doctor Espinoza Velázquez.
A partir de las investigaciones se genera información científica y principalmente productos que pueden ser usados para las diferentes regiones de México. En los proyectos de investigación del instituto se vinculan estudiantes de licenciatura y posgrado, se genera información validada en tres o cuatro localidades de condiciones semejantes y se compara el material creado por el IMM con el existente comercialmente ante testigos de empresas agrícolas para determinar su potencial comercial para ser usados o liberados.
“La información que se genera es a partir de proyectos que se ponen a consideración de la institución y fundaciones nacionales o internacionales como Produce y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)”, detalló el doctor Humberto de León Castillo, investigador del IMM.
Híbridos potencialmente comerciales
La UAAAN trabaja activamente con híbridos: el cruzamiento entre dos o más distintas líneas o tipos de maíz. Entre ellos, destaca el primer híbrido superenano en el mundo en producir experimentalmente 20 toneladas por hectárea y el primero liberado por la institución: AN-360 “Pancho Villa”.
“En esta región destaca el primer híbrido superenano liberado por la institución por el doctor Mario Castro Gil, fue el híbrido triple ‘Pancho Villa’ y una variedad sintética que se denomina ‘Lucio Blanco Mejorado’, variedades enanas cuyas principales características son mazorcas cónicas, gordas, olote grueso de grano muy profundo, importante alternativa para el productor porque no los hace esclavos del mercado y pueden obtener semillas año con año de su lote, mejoran sus materiales y evitan la dependencia”, indicó el doctor Humberto de León Castillo.
Actualmente, comentan los investigadores, el conocimiento que se ha generado en la institución sobre estrategias para la producción de híbridos ha alcanzado bastantes metas y tienen separado el material del instituto en grupos heteróticos, lo que permite que cada vez que deseen obtener un híbrido mejor que el que está actualmente en el mercado, se ejecute de una manera relativamente sencilla.
“Tenemos ya bien diferenciado nuestro material y a la hora de querer sacar un nuevo híbrido tenemos lo que le hace falta al comercial y podemos superar sus características de precocidad, porte, sanidad, vigor y se manipula fácilmente con manejo de patrones heteróticos, y son herramientas que andan operando los alumnos, lo que los hace competentes al momento de integrarse a la vida profesional en una institución pública o empresa nacional o internacional, ellos serán capaces de incursionar en la producción de semilla híbrida para los diferentes cultivos de maíz”, mencionó el doctor De León Castillo.
Los especialistas del IMM tienen contemplados diversos proyectos con híbridos de maíz. Algunos son obtener otra versión de la población “Lucio Blanco”, de acuerdo con las características que actualmente exigen los productores; también trabajan con el mutante de origen natural conocido como poliembriónico, un grano que puede germinar dos o más plantas, y es un fenómeno estudiado prácticamente desde el arranque del instituto, entre otros.
“Tenemos muchas líneas, tenemos muchas combinaciones híbridas que pudieran solucionar en parte el problema de producción en diferentes partes del país, pero se requiere del ‘brinco’ que hay que dar para que los híbridos generados lleguen al mercado”, comentó el doctor De León Castillo.
Ante esta problemática, el IMM comienza a acercarse con el sector agroempresarial para lograr la transferencia de sus conocimientos y situarlos en el mercado. Sobre los próximos proyectos en cuanto a híbridos de maíz, el ingeniero Gustavo Alfonso Burciaga Vera comentó: “Vamos a empezar a producir 10 hectáreas de híbridos de la UAAAN que pueden dar 50, 60 o 100 toneladas. Se está empezando a abrir el eslabón para que más gente, a través de convenios, conozca las semillas de la UAAAN, lo que nos traería un aporte económico tanto para la institución como para el IMM”.
AUTOR: Felipe Sánchez Banda
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT