Por Pablo Miranda Ramírez
Guadalajara, Jalisco. (Agencia Informativa Conacyt).- Tomar la clase de biología en preparatoria no era prioridad para Jorge Pérez Naitoh; sin embargo, terminó cautivándolo. Años después, este joven tapatío retomó el gusto por esta y otras ciencias para impulsar la idea de que el conocimiento también puede ser una forma de emprender un modelo de negocio.
Con 26 años, este ingeniero biomédico trabaja como director de Innovación de inMateriis, un laboratorio en Guadalajara orientado a la investigación y manufactura de nuevos materiales, con el objetivo de desarrollar dispositivos de alto impacto social y bajo costo, ahí se encarga de buscar opciones para que los distintos proyectos que se llevan a cabo tengan la oportunidad de incursionar en el mundo comercial.
“La idea es que ese talento científico no se quede en documentos guardados o solo publicados en una revista, sino que ese conocimiento tenga una aplicación comercial en la vida real”.
Este tapatío menciona que luego de tomar sus clases de biología en la preparatoria decidió que quería dedicarse a una profesión en la que pudiera aplicar y desarrollar conocimientos de esta ciencia y también explotar las habilidades matemáticas que tenía, por lo que optó por estudiar ingeniería biomédica.
Durante su etapa universitaria adquirió conocimientos para resolver problemáticas aplicando la tecnología, lo que derivó en la constitución de una emergente empresa, Euphonia, y la invitación a sumarse al proyecto de inMateriis.
“Cuando llegué, nuestra directora, Inés Jiménez, ya tenía proyectos avanzados, duramos como un año trabajando unas tres o cuatro personas y tuvimos un primer proyecto exitoso, que fue imprimir un material que es sustituto de hueso”, recuerda Jorge y añade que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) vio los resultados, por lo que siguió otorgando fondos para fomentar la investigación científica.
Un poco de todo para ayudar
Dentro de inMateriis, Jorge Pérez tiene labores variadas, que van desde el apoyo en los proyectos científicos, hasta ayuda con el funcionamiento de equipos, o por otro lado, la procuración de fondos, relaciones públicas con otras instituciones y proveedores e incluso actividades de divulgación científica.
Como parte de su trabajo, está en constante contacto con los científicos de inMateriis para buscar la forma de impulsar la productividad y los resultados; no obstante, su intereses van más allá y también dedica parte de su tiempo para difundir los conocimientos con que cuenta a través de una columna informativa sobre temas referentes a la ciencia.
Este tapatío considera que debe estimularse la idea de que la investigación y los investigadores deben de regresar a su tierra para implementar la innovación en beneficio de su sociedad y así se genere más ciencia en el país que pueda contribuir al desarrollo económico y educativo.
“Me da mucho gusto ver cómo está creciendo la escena del emprendimiento en Guadalajara, lo veía desde estudiante, y ahora como emprendedor. Sí he visto muchísima gente interesada en resolver problemas de verdad”.
Euphonia, un caso de éxito
Cuando Jorge Pérez iba en la universidad, tomó una clase que fomentaba en los alumnos la generación de ideas que pudieran convertirse en un negocio rentable. El gusto por la música era el común denominador entre los integrantes del equipo de Jorge, por lo que se enfocaron en innovar la manera de escuchar la música.
Esos fueron los primeros pasos de Euphonia, una empresa que cofundó Jorge junto con sus compañeros de universidad. El objetivo era desarrollar métodos nuevos para disfrutar la música, por lo que optaron por diseñar y construir un dispositivo para escuchar, pero sin que este estuviera obligado a usarse en los oídos.
El resultado se observó en los audífonos Tessio, un dispositivo de conducción ósea que emite las ondas sonoras en los huesos que se encuentran fuera del oído. El aparato se coloca delante de las orejas y reproduce la música, que es transmitida por los huesos de esa parte del cuerpo, lo que ayuda a tener los ductos auditivos libres.
“Así como el metal conduce el calor, el hueso conduce el sonido. El sonido son ondas de aire que se están comprimiendo y descomprimiendo y entran al oído y pegan en un hueso de tu oído que literalmente martillea el nervio auditivo, y las veces que le pega es la frecuencia a la que viaja el sonido, así que esta tecnología tiene una membrana de metal que vibra y transmite las vibraciones”, explica Jorge Pérez.
Estos audífonos fueron lanzados a la venta durante la última semana de mayo y Jorge asegura que el primer lote producido ya se agotó, y ya están trabajando en la producción de más dispositivos, que se pueden adquirir en la tienda electrónica de esta empresa.