Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Bajo el eslogan “Piensa globalmente, actúa localmente”, Fundación Obtuso, uno de los invitados de la XXIII Semana Nacional de Ciencia y Tecnología (Sncyt), fue quizás uno de los que más se apegaron a la línea temática de esta semana.
Con un “Bienvenidos a Kali”, Nataly Rosas, licenciada en administración y estudiante de pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), invitaba a todos aquellos que recorrían los pasillos de la Sncyt a adentrarse en una especie de caja de cartón enorme.
Sin embargo, una vez dentro, uno podía ser testigo de que se trataba de la recreación de una casa promedio mexicana (sala, cocina, baño, recámara, azotehuela y un espacio para tareas o labores) con la diferencia de que todos los muebles estaban hechos de cartón. Era entonces cuando Nataly explicaba: “Kali significa ‘casa’ en náhuatl, así que nosotros los invitamos a pasar a nuestra casa”.
Nataly Rosas es parte de Obtuso, un grupo interdisciplinario de jóvenes (diseñadores, pedagogos, de ciencias, ingenieros), cuyo objetivo es desarrollar experiencias para potenciar la exploración, la imaginación y la creación humana, con la intención de generar un aprendizaje significativo en las personas a través de experiencias vivenciales.
¿Por qué Obtuso?
Si bien es cierto que para el común de las personas el término “obtuso” tiene una connotación peyorativa, para estos jóvenes uno de sus principales objetivos es darle un nuevo significado, así ellos consideran que una persona obtusa es aquella que “se reconoce a sí misma con una enorme curiosidad por aprender”, contrario a lo que la definición textual señala: “persona torpe o que tarda en comprender”.
En palabras de Nataly, entrando a Kali uno se debe reconocer como un curioso con ganas de aprender y formar parte de una cultura de conocimiento continuo, un aprendizaje a lo largo de toda la vida que incluye ir aumentando los campos de conocimiento, no conformarse con una sola disciplina y con recibir simplemente información.
“Recibir sí, pero interiorizar. Llevarla a un nivel tal que permita accionar”, puntualizó la pedagoga. Es así como Kali se volvió en el “laboratorio vivencial” en el que al menos tres miembros de Obtuso, previamente capacitados, documentados y sensibilizados sobre todo en lo que representa el medio ambiente, compartían con los visitantes cómo cuidar el ambiente a nivel local, desde casa, y el impacto que estas “pequeñas acciones” pueden tener a nivel global.
Objetivo de Kali
La idea de este concepto era contribuir en la modificación de hábitos hacia una cultura ambiental, primero entre sus integrantes, quienes iniciaron con la capacitación desde un mes antes de la Sncyt y posteriormente en el público que los visitaba.
En cada una de las habitaciones se identificaron acciones que podrían parecer muy simples pero que si “todos nos ponemos a hacerlas, podemos impactar de manera global”, enfatizaba Rosas.
Entre las acciones sugeridas por este grupo multidisciplinario al público se encontraban: desconectar aparatos eléctricos que no se ocupan, ya que aun apagados gastan energía; separar la basura, generar su propia composta y utilizarla en huertos urbanos de acuerdo con el espacio de cada casa, cómo manejar el aceite de cocina sin tirarlo al drenaje, la utilización correcta del refrigerador y microondas.
De igual forma, se proponía tener una limpieza periódica de la estufa para que el gas en las hornillas circule mejor, tapar los alimentos en cocción, ya que no importa qué tan alta o baja esté la flama, los instrumentos de cocina cuentan con un grado máximo para calentarse y no generar accidentes.
Es decir, este laboratorio buscaba demostrar que, identificando acciones pertinentes y con base en los recursos de cada hogar, se puede obtener la máxima eficiencia de los aparatos y muebles que conforman una casa. Si los visitaste y escuchaste con calma cada una de las recomendaciones, seguramente concluiste que es verdad, pensar globalmente significa actuar localmente.
AUTOR: Judith Ureña
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT