Por José Luis Camacho Acevedo
Bienvenidos los antivirales que existan para evitar muertes, epidemia o ser el ombligo de una pandemia como la presente de la Influenza Humana.
Los ordenamientos jurídicos que circunstancialmente se entrelazan con el espíritu de la normatividad que rige la Propiedad Intelectual en México, en no pocas ocasiones, propician que lo perfectible de esta Ley, lo controvertido de ciertas de sus lagunas u opacidades, pero sobre todo cuando ocurre algún evento que pudiera considerarse especial, ésta legislación es afectada por otrasque se le cruzan en esa circunstancia y mediando además frecuentemente un proceso litigioso en el momento.
La Norma dice que cuando se presenta una emergencia que amenaza la salud de la población, epidemia fundamentalmente, se autoriza la producción de medicamentos de manera casi indiscriminada para atender la crisis sanitaria.
Y en aras de la protección de la sociedad de ser víctima de la epidemia, aparecen medicamentos de dudosa calidad y muchos de ellos con patentes en trámite.
La emergencia sanitaria que toca las fronteras de la epidemia y que otorga una permisividad para la producción de medicamentos que contrarresten en su origen la causa del padecimiento, exhibe palmariamente las deficiencias del sistema de salud mexicano en materia de controles.
La COFEPRIS, dependencia que ha adquirido una relevancia mediática por verse inmersa en las aclaraciones como el hecho harto preocupante de la cantidad de seudo efedrina que ingresaba a México el tristemente célebre chino nacionalizado mexicano, Zhenli Ye Wong. Y además en otras vertientes de la actividad del crimen organizado que demanda productos base para producir sus drogas y que deben ser controlados por la mencionada COFEPRIS tanto en su tránsito del extranjero a México como en las calidades de los productos, sus destinos y su control final, se revela cómo una institución rebasaba totalmente por el poder omnímodo de los barones de la droga.
El asunto es que el brote de Influenza Humana en México hizo que en el río revuelto se dieran las ganancias de varios tipos de pescadores.
Uno de los que destacarán a medida que el brote del virus se reduzca o en un momento determinado es el mercado que se creará de medicamentos antivirales que circularán al amparo de las facilidades que les otorga en tiempos de emergencia los ya conocidos artículos de la norma de Propiedad Intelectual y de la propia COFEPRIS.
La ganancia tendrá que ser medida por los productores dependiendo del tiempo que perdure en el ánimo de la población la sensación de que el virus puede rebrotar. Ya en el DF y en algún Estado del interior se ha presentado el rebote. Pero se anuncia que la reaparición más crítica de la Influenza Humana será en la temporada de invierno y que habrá que tener un abasto de medicamentos suficiente para que la gente no llegue a perecer a causa de esa probable falta del producto.
Ante ese escenario, la cual habiendo surgido por primera vez en Estados Unidos, más concretamente en las inmediaciones de Chicago en Illinois, ahora en Europa la conocen como “La Gripe Mexicana” por el hecho de que en las fronteras de los Estados de Veracruz y Puebla, en las cercanía de Perote, están ubicadas las granjas de cerdo Caroll y allí aparecieron dos casos de la Influenza y a ello se le dio más difusión que al hecho de inicial ocurrido en Estados Unidos.
La piratería, esa práctica desleal pero arraigada entre los mexicanos de reproducir fraudulentamente productos de la más diversa índole, se extenderá nuevamente al mercado de las medicinas, y no solamente al espectro de los antivirales, sino el vitamínico, el espectorante y demás relacionados con una gripe o peor con un principio neumónico.
Y sin duda habrá falsificaciones o piratería en el ámbito de la Propiedad Intelectual.
Todo es posible en un país cuyo sistema de salud cuenta con una de sus principales oficinas de control como la COFEPRIS totalmente inerme con sus escasos recursos humanos y técnicos, ante las verdaderas divisiones de gente y los chorros de dinero que manejan lo mismo los amos de la piratería que de la droga. Para un escenario de esa naturaleza debemos prepararnos para la temporada invernal. Porque los piratas de toda laya ya hicieron su inversión y estarán decididos a todo para que les resulte con la rentabilidad que calcularon desde el momento en que la Influenza Humana apareció, al mismo tiempo como un peligro para la salud, como una oportunidad para la especulación que siempre produce apetitosas ganancias por más mal habidas que puedan ser. ®