El suministro de fármacos de esta manera se reconoce como polifarmacia y se observa en 11 por ciento de los pacientes ambulatorios
Un cuadro común en un paciente con diabetes tipo 2 es que ingiera o se suministre medicamentos para el control glucosa en sangre, pero además no es raro que haga lo propio si padece altos niveles de presión arterial y/o de colesterol y triglicéridos, más algún otro fármaco para atender su salud.
La suma de productos puede superar cinco, lo cual se identifica como polifarmacia, es decir, la ingesta de varios fármacos al día, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, lo cual puede generar efectos adversos y complicaciones en su salud, pues no es raro que las dosis se alteren o bien las formas de administración. Más allá del olvido involuntario y las repercusiones a la economía del afectado, se trata de un problema que debe ser atendido por uno o varios médicos.
El geriatra del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Antonio Kobayashi Gutiérrez, destacó que la automedicación y la falta de revisión y control de los medicamentos por parte de un médico son condiciones que derivan en la polifarmacia, lo cual puede incrementar las hospitalizaciones por los efectos colaterales que genera en la salud.
Las interacciones entre medicamentos pueden propiciar nuevos síntomas y enfermedades, disminuir la eficacia de los tratamientos y ser causa de hospitalización debido a las reacciones adversas de los medicamentos o por deterioro de los riñones. El exceso de medicamentos puede también causar insomnio y generar problemas de memoria y atención.
Sin embargo, el también adscrito al Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO), puntualizó que quienes se encuentran en mayor incidencia involucrados en la polifarmacia son los adultos mayores, pues esta condición está presente en 28 por ciento de los enfermos que superan los 65 años de edad.
“Unos ocho millones de ancianos en el país consumen en promedio dos terceras partes de la producción nacional de fármacos, de ellos, el 71 por ciento de las prescripciones fueron hechas por varios médicos, como consecuencia de una atención fraccionada”. Detalló que el suministro de varios medicamentos es responsable del 50 por ciento de las complicaciones en los pacientes mayores de 60 años.
No obstante, se calcula que seis de cada 10 adultos mayores en esta situación están siguiendo las prescripciones correctas de su doctor, pero el bombardeo de publicidad de las empresas farmacéuticas con las que promueven sus medicamentos de venta libre facilita que la cifra se incremente, así sean antigripales, analgésicos, antiinflamatorios y otros. La cultura de automedicación que hay en el país es también factor.
Además de las consecuencias antes mencionadas, también se debe tener en cuenta que el cuerpo de un adulto mayor ha atravesado cambios que influyen en la manera en que este reacciona a los medicamentos. Por ejemplo, el lento funcionamiento hepático o renal puede causar que algunos medicamentos tengan dificultad en ser metabolizados o eliminados, lo que aumenta su toxicidad.
“La polifarmacia es prácticamente inevitable en los adultos mayores de 60 años, porque regularmente acuden con un médico para que los alivie de algún dolor y en muchas ocasiones éste no sabe que esa persona ya visitó otro médico, que a su vez prescribió medicamentos. La incidencia de reacción adversa a medicamentos aumenta exponencialmente por el número de fármacos que se toma al día”, estableció el geriatra del CMNO.
Lo recomendable es que la ingesta sea debidamente controlada por un médico especialista, que conozca perfectamente las condiciones del paciente y las interacciones y reacciones que pueden generar los fármacos.
Kobayashi Gutiérrez dijo que lo importante es diferenciar entre medicamentos necesarios y suficientes para lograr el control o prevención de una enfermedad, y la ingesta sin control de medicamentos, incluidos los naturistas, que son considerados por muchos pacientes como “inofensivos”. (Agencia ID)