Una marca es más que un registro en una base de datos de una entidad gubernamental, es más que un signo perceptible y diferenciador, es más que el reconocimiento oficial de propiedad y distinción; una marca es el reflejo de años de trabajo, inversión y esfuerzo de su titular o titulares, sea comerciante persona física o empresa comercial de cualquier rubro. Los signos que distinguen los servicios que oferta un prestador servicios o los productos que ingresa al mercado un comerciante, son lo que se ha denominado como MARCAS; pero ¿Cuál es su valor?, esta es una pregunta que una multitud de especialista se ha dado la tarea de determinar, en razón de que su propia naturaleza intangible y sustentada en la percepción de su público consumidor dificulta su propia definición.
Una de las pruebas más certeras sobre el valor de una marca comercial surge al ser objeto de atención y consideración por su propio mercado, al grado de ser considerada para ser utilizada por diversos bajo la figura de licencias de marca o incluso franquicias. Este reconocimiento es la prueba más tangible de su desarrollo y una oportunidad para que alcance un reconocimiento superior; esto bajo dos líneas:
1. El titular de una marca puede expandir su área de mercado sin realizar inversión alguna mediante licencias a terceros, sean para distribuir su producto original o para prestar un servicio sujeto al seguimiento de ciertas obligaciones.
2. Un particular que desea ingresar a un mercado competitivo, puede iniciar sus actos comerciales con una gran ventaja al contar con productos o servicios reconocidos en dicha área, evitando los primeros difíciles y onerosos pasos de crear y situar comercialmente una marca.
El licensing (actividad comercial de las licencias), que es la actividad surgida de las licencias mencionadas, se trata de una estrategia comercial de dos elementos: El licenciante, que es el dueño de la marca o signo que autoriza el uso temporal de los derechos de uso al licenciatario, que es el que los adquiere y se compromete a pagar, por lo general, un porcentaje de las ventas del producto.
La licencias pueden redituar en un área comercial de cientos de millones de dólares, por señalar un ejemplo la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) manifestó que en cierto Mundial de Futbol la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) ha concedido licencias para el uso de signos de la Copa, por 840 millones de dólares entre los patrocinadores oficiales del torneo.
En conclusión, el interés por terceros de obtener una licencia de uso sobre una marca relativa, se encuentra lejos de perjudicar a su titular, sino que es la prueba más tangible del valor de su inversión e imagen comercial, permitiéndole expandirse en mercados no solo sin inversión sino con la obtención de ganancias; a su vez que se traduce en la oportunidad para otro nuevos empresarios de formar parte del equipo de dicha marca, cubriéndose en su reconocimiento y fortaleciéndola mediante una autorización legal y reconocida.
Luis Fernando Rodríguez Almaraz
Abogado Corporativo y Administrativo
Especialista en Propiedad Intelectual