Por Edgardo Burgoing Ramos
Aún hace algunos años se pensaba que las marcas y la religión nunca cruzarían esa frontera entre lo espiritual y lo comercial; sin embargo, en el mundo de hoy eso ha cambiado y refiriéndonos en particular a nuestro país México, esto es más y más común y creo que es un tema importante de tocar. Tal vez no resolvamos el conflicto ni decidamos cómo debe legislarse, pero sí podemos exponer la realidad que nos tiene a nosotros consumidores al borde de la confusión.
Es importante mencionar que desde un punto de vista jurídico estricto, la legislación de Propiedad Industrial Mexicana y la Constitución se contraponen ya que una da libertad de culto y la otra te otorga una excepción al otorgarte el uso exclusivo. Sin embargo, yo pienso que esto no es así: nadie puede obligarte a rezar o profesar alguna religión pero sí a comerciar cierto producto, lo que considero una libertad más y no un error.
Existen en el mundo muchas religiones y creencias. Empero, nada en nuestra legislación y en la del mundo ni en convenios internacionales como el de París se impide que reservemos imágenes o palabras que están relacionadas con algunos de los personajes más importantes de las religiones para proteger un shampoo, aroma, o restaurante. Sí, oyó usted bien: tenemos registradas en la base de marcas del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) la marca “Buda” con el número de registro 1091181; “Om” 795348; “INRI” registro número 1015784; Virgen de Guadalupe 566641; Cristo 1015785; todas ellas están registradas y pueden venderse legalmente en comercio, inclusive son sujeto de iniciar cualquier acción en contra de alguna que fuera igual o semejante.
Las marcas religiosas están en todos lados pero casi nunca notamos que eso no es espiritual, es sólo comercial; hemos comprado últimamente figuras de “OM” (signo del hinduismo de divinidad) y cada día más gente lo usa en playeras u objetos de diversa naturaleza. Existe la marca “Minial Karma” para ropa, me pregunto… ¿qué pensarán los budistas al respecto? y respondo: seguramente les parecerá fantástico.
Espero que en el día a día usted se ponga en los zapatos de empresarios y piense el porqué han decidido volverse espirituales en su producción; por qué han tornado sus miras con la virgencita que usa la empresa “Distroller” y que sus hijos pueden comprar todos los días.
Yo creo fielmente que estas marcas siempre han sido eso: marcas, signos distintivos que usan las religiones para hacer de ellos un uso en el espíritu humano y para centralizar nuestra meditación, rezo o plegaria hacia el lado que pretenden que vayamos. Así que una vez que tenemos este panorama es importante que la próxima ocasión que usted tenga a mano su imagen preferida para su meditación, rezo o plegaria, revise si no está usted ante una marca registrada