AUTOR: Carmen Báez
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- El Laboratorio de Farmacología, Toxicología e Inmunomoduladores (LFTI) de la Facultad de Farmacia de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) es hoy un laboratorio innovador de primer nivel. Su reciente certificación al ISO 9001 lo coloca en la mira de industrias farmacéuticas y laboratorios del sector privado, hecho que dará mayor vinculación a sus investigadores y alumnos con el mundo empresarial.
Desde su creación en 2002, el laboratorio tiene como labor la investigación y análisis de nuevas moléculas farmacéuticas con potencial para el desarrollo de medicamentos. A través de estudios farmacológicos los investigadores y estudiantes analizan si una determinada molécula o sustancia es efectiva y/o segura. Es por ello que el trabajo de este laboratorio es trascendental: un gran porcentaje de estas investigaciones está relacionado con las funciones del sistema inmunológico.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, María de Lourdes Rodríguez Fragoso, doctora en ciencias en farmacología y responsable del laboratorio, señala que en este espacio se llevan a cabo alrededor de 15 proyectos de investigación, algunos de ellos en colaboración con la industria farmacéutica.
Al día de hoy, el primer laboratorio certificado de la máxima casa de estudios del estado de Morelos ha registrado alrededor de ocho patentes en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Vinculación empresarial
Una de las estrategias fundamentales para el crecimiento del laboratorio ha sido su vinculación con la industria de innovación farmacéutica, un logro en el que alumnos de la Facultad de Farmacia y otras licenciaturas de la UAEM han jugado un papel clave.
Ricardo Abraham de la Cruz Cordero, egresado del Centro de Investigaciones Químicas de la UAEM y actual gerente de investigación en Nucitec S.A. de C.V. —un laboratorio farmacéutico dedicado al desarrollo y comercialización de terapias innovadoras para el tratamiento de enfermedades crónico degenerativas—, mantiene desde hace aproximadamente ocho años una estrecha colaboración profesional con el LFTI-UAEM.
Gracias al Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), ambas partes trabajan en proyectos de colaboración que benefician tanto a la academia como a la empresa.
“La vinculación, que se ha visto muy promovida por el programa PEI, llega a cerrar la brecha que siempre ha existido entre la academia e industria. La importancia de esto permeó en los estudiantes, quienes ya pueden plasmar los conocimientos adquiridos en las aulas en algo práctico. Es decir, no está mal dedicarse solo a la investigación básica, pero también ellos se dan cuenta que sus conocimientos ahora pueden ser utilizados en la práctica en la industria y eso también les ayuda mucho”, destacó De la Cruz Cordero.
La doctora Lourdes Rodríguez agrega que está colaboración ha permitido a sus alumnos recibir becas para la continuación de sus estudios. “Ahora que está de moda la triple hélice (vinculación academia, industria y gobierno), para nosotros han sido importantes estos proyectos en los que participan estudiantes de licenciatura y posgrado. Por un lado, ellos pueden terminar en tiempo y forma sus grados y, por otro, el laboratorio tiene los resultados a tiempo”, dijo.
El LFTI-UAEM y Nucitec S.A. de C.V. trabajan en el desarrollo y análisis de una molécula de carnitina que podría ayudar a combatir la diabetes. “Conforme avanzamos en los estudios vimos que tiene efecto para reducir la obesidad en animalitos. Tenemos un proyecto más grande que nos indica que es un fármaco posiblemente potencial para el síndrome metabólico”, destacó Lourdes Rodríguez, quien es nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Recientemente, el PEI aprobó el financiamiento de dos proyectos de investigación en los que interviene el laboratorio: el primero tiene que ver con el desarrollo de nuevas opciones terapéuticas para el tratamiento de la diabetes mellitus y sus complicaciones vasculares, y el segundo la evaluación de la actividad farmacológica de un producto inmunomodulador.
Proyecto multidisciplinario
Por varios años, el laboratorio de la Facultad de Farmacia, además de desarrollar proyectos enfocados en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades orientados a la industria farmacéutica, ha colaborado en importantes trabajos de investigación interinstitucional.
Un estudio de ciencia básica de casi nueve años con el Instituto de Ciencias Físicas (ICF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y la Facultad de Farmacia de la UAEM ha derivado en el desarrollo de un fármaco análogo de anfotericina, para utilizarse en pacientes que tienen infecciones micóticas sistémicas, enfermedad producida por hongos.
En la actualidad, la anfotericina es el medicamento que se utiliza para el tratamiento de esas patologías, no obstante, genera efectos secundarios en el paciente como nefrotoxicidad. Iván Ortega Blake, investigador del ICF de la UNAM y colaborador en el proyecto, señaló que el experimento interinstitucional consistió en modificar una molécula de anfotericina.
El resultado es una molécula igual de efectiva a la original, pero a diferencia de esta, el nuevo desarrollo no produce efectos secundarios. “El interés de hacer derivados de anfotericina es porque es una droga terapéutica muy importante, es el antimicótico más poderoso que existe. Si una persona tiene una infección sistémica aguda, la droga de elección es anfotericina, pero es muy tóxica. De la misma manera que afecta el hongo, afecta las células de mamífero”, explicó Iván Ortega.
En colaboración con el Laboratorio de Farmacología, Toxicología e Inmunomoduladores se han realizado las pruebas farmacológicas. Hasta ahora se han desarrollado derivados que ya han sido patentados por las instituciones académicas participantes.
Por ahora, en el laboratorio a cargo de la doctora Lourdes Rodríguez se estudia la posibilidad de extender esta aplicación en otras patologías, para lo cual ya se realizan pruebas de eficacia y seguridad.
Un laboratorio de primer nivel
A finales de 2015, el LFTI recibió la certificación ISO 9001, norma ampliamente utilizada en la industria y organizaciones de servicios. Lo anterior, le confiere un mayor prestigio y lo coloca en la lista de laboratorios mexicanos certificados con servicios de calidad.
De acuerdo con la doctora Dea Herrera Ruiz, expresidenta de la Asociación Farmacéutica Mexicana, la industria farmacéutica es sumamente regulada por normas nacionales e internacionales, pues los estándares de calidad y de seguimiento de procesos son demasiado estrictos, de tal forma que sus colaboradores necesitan cumplir con estos requisitos.
A decir de la especialista en ciencias farmacéuticas y profesora de la Facultad de Farmacia de la UAEM, a nivel nacional son pocos los laboratorios de investigación capaces de dar servicio a la industria o bien, a laboratorios del sector salud.
“La Asociación Farmacéutica Mexicana le está otorgando al laboratorio la certificación de pruebas para desarrollar estudios preclínicos con un estándar de calidad. La asociación se encarga un poco de servir como intermediaria para hacer saber a la industria farmacéutica que existe en la UAEM un laboratorio para brindar evaluaciones preclínicas, lo que le dará mayor vinculación y atraerá la atención a la institución”, explicó.
Por último, la investigadora miembro del SNI señaló que al estar el laboratorio en comunicación con el sector productivo, en este caso con la industria farmacéutica, permitirá identificar sus principales intereses y brindar soluciones a sus problemas de carácter científico. “Así nuestras investigaciones no van a ir en ámbitos variados que podrían no tener una aplicación real o de interés para la industria farmacéutica nacional”, concluyó.