Actualmente se indaga acerca del método de administración más adecuado
La atrofia muscular esquelética es un padecimiento en el que se presenta un deterioro en la musculatura que deriva en la disminución de su volumen, movilidad y fuerza. Entre sus causas está la falta de actividad física, así como algunos eventos patológicos, es decir, enfermedades crónicas como padecimientos cardiovasculares y renales, diabetes y cáncer, además del envejecimiento.
A fin de innovar procedimientos para tratar este estado patológico, científicos chilenos liderados por el doctor Claudio Cabello Verrugio, pertenecientes a la Universidad de Andrés Bello (UNAB) y al Instituto Milenio de Inmunologia e Inmunoterapia (IMII) en Santiago de Chile, hicieron uso de un péptido (molécula formada por la unión de varios aminoácidos) presente en el cuerpo humano para generar un tratamiento contra la atrofia muscular. El método ha resultado efectivo al experimentar con distintos modelos de atrofia muscular utilizando roedores.
El doctor Cabello explicó que el peptido con capacidad de mejorar la atrofia muscular deriva de uno de los principales mecanismos encargados de regular la presión sanguínea del cuerpo humano y que no se conocia bien su efecto en el comportamiento muscular. Este sistema se denomina sistema “renina angiotensina”, mismo que está dividido en dos partes: el eje clásico, en el que se forma el péptido denominado angiotensina II, cuyos niveles estan aumentados en el cuerpo durante algunas patologías tales como atrofia muscular, fallas cardiacas y renales; y el eje no clásico, en el que se genera la angiotensina (1-7), cuyos efectos son benignos para la salud.
El bioquímico indicó que bajo ese contexto se experimentó con ratones a los que se les indujo distintos tipos de atrofia muscular, es decir, a algunos se les inmovilizó alguna extremidad para simular la atrofia provocada por el desuso, a otros se les inyectó un compuesto llamado lipopolisacarido (LPS) para simular un estado de infección bacteriana (sepsis), o se utilizó angiotensina II.
A todos los roedores que se les indujo atrofia muscular se les colocó una mini-bomba osmótica que liberó poco a poco el péptido angiotensina (1-7) en sus organismos; a partir de ello se observó una mejoría en los músculos de los animales enfermos al recuperar su fuerza entre un 80 y 90 por ciento.
Pensando en una potencial aplicación en personas, el también doctor en ciencias biológicas, subrayó que debido a que con los métodos hasta ahora utilizados para suministrar el péptido, éste se degrada fácilmente antes de llegar a los tejidos blancos donde actuará, aún se investiga una nueva formulación que libere la sustancia poco a poco y que a su vez la proteja. Para lo cual se realizan estudios con nano partículas, ya que se pretende llegar a una formulación oral o de fácil administración.
A decir del científico chileno, con el uso del péptido se puede prevenir y combatir la atrofia muscular desde etapas tempranas, además podrá ser utilizado por personas de cualquier edad sin resultar contraproducente, por lo que representa una potencial terapia.
El prototipo de esta herramienta terapéutica, en parte realizado por estudiantes de post grado y post doctorado en la UNAB, ha sido publicado en revistas de alto impacto cientifico y algunos de sus hallazgos está en proceso de patentamiento.
Angiotensina (1-7), bueno para la salud
A través de la investigación, se comprobó que el péptido es benéfico para tratar la atrofia muscular esquelética, y la literatura científica indica que angiotensina (1-7) es benefico para combatir distintas patologías. Destacan sus propiedades para mejorar la resistencia de insulina y mejorar el manejo de glucosa en organismo de personas con diabetes, ademas de los importantes hallazgos relativos al tratamiento de patologías cardiovasculares. (Agencia ID)