Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Los defectos cardiacos son las alteraciones congénitas de mayor frecuencia, con una incidencia aproximada de cuatro a doce casos por cada mil recién nacidos vivos y las consecuencias que hay debido a esta malformación son dificultades para respirar, alimentarse y crecer. El Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (Cenetec) documenta —sin cifras oficiales— que en México hay alrededor de 300 mil adolescentes y adultos con algún tipo de cardiopatía congénita.
Ante este contexto, en el estado de Hidalgo se ha implementado un nuevo método de detección temprana de cardiopatías en los neonatos.
El director de Gestión del Conocimiento de la Dirección General de Proyectos Estratégicos de la Secretaría de Salud del Estado de Hidalgo, Alfonso Atitlán Gil, habló con la Agencia Informativa Conacyt sobre este nuevo proyecto que busca disminuir las muertes, así como detectar oportunamente la cardiopatía, y que en su metodología está la cualidad de no ser invasivo y detectar en pocos minutos la presencia del padecimiento efectuando así las intervenciones médicas adecuadas.
¿De qué trata?
Explicó que por medio de un congreso de pediatría, se tuvo conocimiento de este método de tamiz de cardiopatías congénitas y desde el año 2014 se ha aplicado en Estados Unidos de manera obligatoria en todos los hospitales del país, permitiendo detectar alteraciones estructurales en el corazón de los recién nacidos.
“Este proyecto tiene que ver con la implementación de una serie de procedimientos que permiten llevar a cabo acciones para determinar las cardiopatías congénitas con las que nacen los bebés, se implementó por primera vez en México hace aproximadamente un año por medio de una prueba piloto en dos hospitales públicos del estado de Hidalgo y desde el mes de noviembre del año 2015 se ha implementado en los hospitales públicos de todo el estado”, comentó Alfonso Atitlán Gil.
El primero de los pasos que se consideran en este tamizaje es analizar la saturación de oxígeno en la sangre de los bebés a través de una oximetría de pulso, este proceso se realiza por medio de un oxímetro o sensor que no es invasivo, que es colocado en la mano derecha o en cualquiera de los dos pies y “permite conocer si existe alguna anomalía que nos haga sospechar si hay alguna alteración estructural en el corazón en las primeras 24 o 48 horas posteriores al nacimiento”, mencionó el especialista.
Después de este proceso, se lleva al bebé a la realización de un ecocardiograma con el objetivo de tener imágenes del corazón del neonato para comprobar o eliminar las sospechas de la alteración estructural en cuestión y conocer si es necesaria una cirugía o puede tratarse el problema solo con fármacos.
A través de la ayuda del Hospital Infantil de México Federico Gómez, se realizan las intervenciones quirúrgicas necesarias al recibir a los niños que son diagnosticados con el padecimiento una vez que son realizadas las pruebas.
Los beneficiados
En este momento los principales beneficiados de este proyecto son todos los niños que nacen en los centros de salud y hospitales públicos del estado de Hidalgo —que son alrededor de 12 centros en la región—, y a través de este método de detección que dura alrededor de 10 minutos y que se aplica a aquellos que nacen aparentemente sanos, se han podido evitar complicaciones que deriven a muertes prematuras en los niños.
La diferencia de este proceso de exploración con el tamiz metabólico, que es el método de examinación neonatal más conocido en los hospitales, es que se buscan cardiopatías congénitas complejas, “con este proceso no buscamos enfermedades metabólicas, sino alteraciones estructurales en la anatomía del corazón que puedan complicar la calidad de vida de ese niño o incluso la muerte”.
Al establecer este tamiz se indica la sospecha de alguna alteración anatómica y con ello se obliga a los especialistas a hacer un diagnóstico preciso que determine la urgencia del tratamiento que deben tener los bebés.
De acuerdo con el doctor Atitlán Gil, este proyecto fue bien visto desde que se planteó al personal operativo de los hospitales, desde personal de enfermería hasta médicos genetistas.
“Los resultados hasta el momento han sido favorecedores ya que empezamos el proyecto en marzo del año 2015 y a la fecha llevamos mil cuarenta y ocho niños tamizados, de los cuales se han encontrado más de 40 cardiopatías congénitas y cuatro de ellas han sido catalogadas como complejas; de este caso de cuatro niños con cardiopatía compleja, murió uno y los otros fueron llevados al Hospital Infantil de México Federico Gómez, donde se les realizaron los procesos quirúrgicos adecuados, a los cuales se les ha mantenido el seguimiento de su tratamiento”.
Actualmente este proyecto capacita al personal de los centros de salud de Hidalgo sobre cómo dar la atención adecuada a los niños que son diagnosticados con cardiopatía congénita. Asimismo, se han implementado los procedimientos necesarios para que todos los bebés que a través del ultrasonido fueron diagnosticados con cardiopatía congénita reciban el fármaco llamado prostaglandina G1 que permite mantener con vida al niño mientras recibe el tratamiento.
De la misma manera se busca que este procedimiento tenga una evolución de proyecto a programa estable para que hospitales del IMSS, ISSSTE y sector privado se unan a este método de tamizaje y se lleve a cabo de manera cotidiana.
AUTOR: Génesis Gatica Porcayo
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT