AUTOR: Boletín de Prensa
FUENTE: CONACYT, AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
En colaboración con la Universidad de la Plata, en Argentina, emplean sustancia utilizada como conservador de alimentos y cosméticos para prevenir lesiones tras episodios epilépticos
Durante una situación de emergencia clínica, un paciente con estado epiléptico presenta crisis repetidas durante periodos largos de tiempo, por lo que es indispensable controlarlas para salvar su vida. Pero también es necesario darle seguimiento clínico, ya que el cerebro presenta daños a nivel neuronal a consecuencia de la liberación de neurotransmisores, como el glutamato, que inducen excitotoxicidad.
Ese efecto es el que expertos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y de la Universidad de la Plata, en Argentina, controlaron con un eficiente neuroprotector para aquellos casos con daño neuronal y crisis de epilepsia, del cual obtuvieron una patente internacional.
Basada en el uso del propilparabeno, el desarrollo fue probado en modelos animales y espera ser transferido a una empresa farmacéutica que pueda realizar los estudios clínicos y comercializarlo.
De acuerdo con Luisa Lilia Rocha Arrieta, investigadora del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav y una de las desarrolladoras de la patente, el propilparabeno es una sustancia que se emplea a bajas concentraciones como conservador en la industria cosmética, alimenticia y farmacéutica.
Sin embargo, los investigadores de la Universidad de la Plata realizaron un análisis computacional de la sustancia con el objetivo de identificar otros usos potenciales, y encontraron que sus características podrían funcionar como una sustancia anticonvulsivante.
Fue así que los expertos del Cinvestav se dieron a la tarea de realizar las evaluaciones correspondientes en modelos animales de crisis. Encontraron que, además de su efecto anticonvulsivante, el propilparabeno induce efectos neuroprotectores en sujetos expuestos a crisis convulsivas prolongadas. La dosis adecuada de la sustancia, que es mucho menor a la que induce efectos tóxicos, logra una eficacia como neuroprotector, indicando un alto margen de seguridad para su uso.
La investigadora del Cinvestav, quien ha dedicado toda su vida académica al estudio de la epilepsia, señaló que pudieron comprobar los efectos neuroprotectores del propilparabeno en animales (ratas) que habían tenido estado epiléptico, al detectar que sus neuronas no presentaron el daño inducido por dicho evento.
“Hicimos un estudio dosis-respuesta donde identificamos la cantidad mínima necesaria para disminuir ciertos componentes del estado epiléptico, y esa fue la que utilizamos como neuroprotectora, que finalmente no es una dosis alta para inducir efectos tóxicos. La idea es complementarlo con otros fármacos para aumentar el efecto antiepiléptico, ya que al combinarse es posible potenciar el efecto neuroprotector”, apuntó Rocha Arrieta.
A decir de la también miembro del Sistema Nacional de Investigadores, la ventaja de emplear el propilparabeno como neuroprotector es que se trata de una opción económica que puede ser empleada sobre todo en países con economías emergentes, como es el caso de México.
Además, si bien reconoció que actualmente existen investigaciones sobre nuevos neuroprotectores a nivel mundial, la sustancia que emplearon para obtener la patente ha sido estudiada durante años, por lo que se conoce cómo se absorbe, distribuye y elimina en el cuerpo, y en consecuencia no es necesario hacer nuevos estudios al respecto, lo que tomaría muchos años.
Finalmente, Rocha Arrieta recordó la importancia de continuar investigando la epilepsia, ya que tan solo en México afecta a dos por ciento de la población, y se ha identificado como un problema que actualmente está estigmatizado por la sociedad.