Por Karin Beltrán
El reconocimiento y reputación de un negocio, pende de un hilo día con día. No puede esconderse tras un anuncio publicitario para estar a salvo.
Hace un momento, al revisar mi correo electrónico, me encontré con uno más de esos correos masivos en donde se advierte sobre el mal servicio o producto de una empresa. En lo personal, el medio por el cual recibí el mensaje, me hace dudar sobre su veracidad, ya que la empresa es bastante conocida y no sé si es una queja con bases o simplemente, alguien malicioso queriendo tumbar a su competencia al hacer correr un mensaje así.
Sin embargo, si cambiamos de contexto, y en lugar de recibir esa información por medio de mi correo electrónico, la recibo al estar platicando con alguno de mis amigos, no dudaré ni un poco acerca de lo que me dice. En lo absoluto querré hacer negocios con la compañía de la cual me está hablando. En este caso, la publicidad está siendo muy efectiva, ya que se está transmitiendo de boca en boca, y por ser negativa, tal vez más rápido de lo deseado.
El reconocimiento y reputación de un negocio, pende de un hilo día con día. No puede esconderse tras un anuncio publicitario para estar a salvo. Tiene que mantener altos estándares de calidad, así como productos y/o servicios muy competitivos. Basta sólo un paso en falso para que la mercadotecnia de boca en boca pueda estar trabajando totalmente en su contra, dejándolo por debajo de la competencia, haciéndolo perder clientes potenciales y actuales y, finalmente, hasta llevarlo a la quiebra.
Por eso, es importante que además de preocuparnos por ofrecer buenos productos y servicios, pongamos una especial atención en el tipo de mensaje que la gente está recibiendo acerca de nuestros negocios. Si se trata de un mensaje erróneo, hay que buscar el medio para aclararlo antes de que sea muy tarde. En caso de que lleve algo de verdad, deben tomarse medidas inmediatas para resolverlo.
Es importante recordar que la mercadotecnia de boca en boca siempre está trabajando, así que debemos cuidar que esté trabajando a favor y no en contra de nuestros negocios. Aprovechemos su efectividad, tomando en cuenta lo delicada que es, y cómo la seguridad y subsistencia de nuestros negocios dependen en gran medida de ella. No dejemos este conocimiento sólo en manos de nuestra competencia, ya que sólo es cuestión de que hagan correr un mensaje negativo para destruirnos o afectarnos enormemente.
Recuerden que a final de cuentas, a la mayoría de las personas (clientes o prospectos), sólo nos falta oír para creer.