Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- México se ubica como la undécima economía de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una cifra que puede ser alentadora para algunos rubros, considera el investigador Raúl Rojas González; sin embargo, al hablar de inversión en ciencia y tecnología se posiciona en el sitio 56.
Esta situación, alerta el científico mexicano que desarrolla vehículos autónomos en la Universidad Libre de Berlín, debe preocuparnos y ocuparnos, pues asegura que si no se invierte en esta materia, el país tendrá cada vez más rezagos.
“Para mí, es importante el porcentaje que las economías le destinan a la investigación. México siempre ha tenido un déficit en ese aspecto; somos la economía 11 en el mundo, pero si somos el número 56 en inversión en investigación con respecto al porcentaje del producto interno bruto (PIB) que se le destina, no estamos bien”, dice en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
La OCDE resalta que el impulso a la innovación científica y tecnológica es un factor que detona el crecimiento económico en las naciones que lo implementan. Esta relación explica las tasas de crecimiento de entre dos y tres cuartas partes de algunas naciones en el periodo comprendido entre 1995 y 2006.
Sumado a ello, se ha observado una relación positiva entre el gasto en investigación y el incremento en la producción.
El doctor Rojas González, también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), señala que para detonar el crecimiento económico en el país es preciso invertir más en ciencia, pues en la actualidad, México destina 0.6 por ciento del PIB a este rubro, mientras que naciones como Corea del Sur invierte 4.3 por ciento.
“Estamos muy atrás en esos parámetros y si no aumentamos el volumen de la investigación que se hace en México, en las próximas décadas vamos a tener muchos problemas de cómo reimplementar la economía”, añade.
Y ejemplifica el caso de Corea del Sur, una nación que en 1950 era ubicada por debajo de México en indicadores sociales y económicos y que en la actualidad es considerada desarrollada por la OCDE. Actualmente, ese país invierte en porcentaje casi seis veces más que México, “pero en una comparación en inversión por habitante, destina mil 400 dólares, mientras que México invierte solo 100 dólares, es un factor 14 veces más, entonces con esos ejemplos vemos que tenemos un problema por resolver”.
Por investigación privada
De acuerdo con el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (Peciti) 2014-2018, uno de los objetivos nacionales es que la inversión nacional en investigación científica y desarrollo tecnológico crezca anualmente y alcance uno por ciento del PIB, un parámetro considerado como el punto de inflexión para el desarrollo sostenible.
En su diagnóstico, el Peciti indica que los países que invierten como mínimo ese porcentaje en investigación científica y desarrollo experimental, coinciden en haber logrado un mejor desempeño económico y bienestar social.
“México en su conjunto debe invertir en actividades y servicios que generen valor agregado de una forma sostenible. En este sentido, se debe incrementar gradualmente el nivel de inversión —pública y privada— en ciencia, tecnología e innovación cuidando su eficacia. El reto es hacer de México una sociedad del conocimiento dinámica y fortalecida”, se reconoce en el programa.
En ese sentido, el investigador cuestionó la reducción presupuestal al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de 10 por ciento al presupuesto para 2017, que tendrá efecto en diversos proyectos científicos.
“Es como el harakiri, estamos retrasados y todavía vamos a estarlo más”, dice.
Por ello se pronunció a favor de la implementación de otros modelos de financiación de la ciencia, pues actualmente la que se realiza en México es estatal, cuando en países desarrollados la mayor parte es llevada a cabo por la iniciativa privada.
“En Alemania, la investigación estatal es un tercio, los dos tercios restantes es privada, de las compañías grandes que exportan”, detalla.
El doctor Rojas considera que es importante que la inversión en investigación de la industria que tradicionalmente en México ha sido muy baja, se convierta en un aspecto prioritario para contrarrestar la baja en el presupuesto estatal.
“En México exportamos mucho, somos el séptimo país exportador de autos, pero la tecnología no ha sido desarrollada aquí; entonces esa tecnología nos puede servir para producir otras cosas. Entonces sería menos duro para México si tuviéramos un porcentaje alto de investigación privada que no fuera afectada por la baja del gasto público”, añade.
El científico mexicano se pronunció por que se realice un diagnóstico certero de cuánto es recurso público que se destina a investigación, así como el que invierte la industria, para que a partir de ello se desarrollen políticas de comercio y de establecimiento de la industria en México que tiendan a fomentar el desarrollo nacional.
“Habría que pedir a las empresas multinacionales que cuando se establezcan en México no solo equilibren sus importaciones y exportaciones, también que transfieran parte de su investigación al país. Estados como Corea del Sur o incluso China han sido muy agresivos en este sentido y ahora tienen una industria de punta con investigación local de gran envergadura”, concluye.
AUTOR: Ana Luisa Guerrero
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT