Por Rodrigo Lanuza
Es importante que el conocimiento que de Propiedad Intelectual se difunda como una forma de premiar la innovación y que se dirija a la mayoría de los mexicanos y no sólo a un círculo selecto de profesionistas con posgrados universitarios o de investigación.
Reflexionando en torno a la época y circunstancias en que nos desarrollamos como sociedad, creo que son tres los factores que juzgamos indispensables para que la explotación comercial de inventos y patentes pueda lograrse de manera efectiva en nuestro país.
El primero es un marco jurídico adecuado. El segundo es la cultura generalizada respecto de la Propiedad Intelectual (PI); un tercero se centra en la formación de directivos empresariales o de organizaciones públicas especializadas en la administración de Propiedad Intelectual.
Analizando el primero de estos factores (ver recuadro anexo), podemos establecer que México cuenta con un marco jurídico adecuado para poder establecer relaciones comerciales que faciliten la comercialización y explotación de invenciones y patentes. En cuanto al segundo factor, referente a contar con una cultura generalizada sobre la Propiedad Intelectual, debemos precisar que la falta de conocimiento sobre la materia genera una restricción importante para concretar negocios; de hecho y hasta la fecha existen visiones equívocas al respecto, como las que a continuación enlistamos:
•Tradicionalmente esta materia es vista como un simple derecho y por lo tanto administrado por un departamento legal convencional y no bajo una estrategia gerencial de altura.
•No hay políticas claras de generación en la PI en empresas, dependencias de Gobierno, Universidades y Centros de Investigación.
•El inventor liga la palabra patente con negocio seguro.
•Los inventores son muy proclives a pretender cantidades millonarias, sobre todo por su primera invención.
•Se investiga y patenta sin apuntar a satisfacer una necesidad específica de la industria o el comercio.
•No hay una conexión entre las áreas de investigación y la industria.
•No hay una clara identificación de las oportunidades de comercialización de una patente.
En este sentido proponemos realizar dos grandes acciones que darían lugar a aumentar la sensibilidad, seriedad, respeto, conocimiento, utilidad y facilidad para hacer negocios en base a la Propiedad Intelectual:
1) Aterrizar los beneficios de la educación en el grueso de la población.
Es importante que el conocimiento que de Propiedad Intelectual se difunda como una forma de premiar la innovación y que se dirija a la mayoría de los mexicanos y no sólo a un círculo selecto de profesionistas con posgrados universitarios o de investigación.
Si se logra llevar la educación de la PI a las esferas económicas básicas donde se aglomera gran parte de la economía nacional, es más probable que se vean mayores beneficios al ampliar el espectro de innovadores, creadores, emprendedores y atender la cualidad ingeniosa que caracteriza a los mexicanos.
2) Educación social
Trabajar en crear una nueva cultura sobre la PI en diferentes extractos económicos y generacionales del país. Para ello habría que incluir su enseñanza en las escuelas Primarias y Secundarias, destacando lo que implica su generación, su relación con la ciencia y su impacto económico, a la par de verlo como una campaña de prevención de la piratería.
En las Preparatorias y Universidades se podría incorporar como una materia obligatoria en todas las áreas y carreras, con especial énfasis en las vertientes económico-administrativas, en función a lo que representa la Propiedad Intelectual económica y corporativamente.
Los resultados no serían menores. Por un lado tendríamos una sociedad de mexicanos comprometidos con la idea de generar y respetar la PI y nuevas generaciones de empresarios capaces de generar ingresos en base a sus ideas e inventos. A la par, encontraríamos prestadores de servicios especializados -ya no improvisados-, a fin de atender las necesidades nacionales en cuanto a protección, desarrollo y comercialización de ideas y patentes, lo que facilitaría una sociedad centrada en auto emplearse en base a su conocimiento e inventiva.
Finalmente y con respecto al tercer factor -consistente en la formación del puesto de director o gerente de Propiedad Intelectual-, a continuación enlistamos las políticas y actividades básicas en que deben desempeñarse las tareas de la dirección de Propiedad Intelectual.
Principales funciones de un director de Propiedad Industrial
•Contar con un portafolio de su Propiedad Intelectual clasificando lo que constituye Información Privilegiada, Información Confidencial, qué son Patentes en trámite y cuáles están concedidas, cuáles son investigaciones en vías de patentamiento y razonar por escrito cuáles de esas invenciones no se protegerán con la causa o explicación del por qué.
•Determinar qué activos intelectuales de los que poseen son negociables al exterior de la organización y cuáles no, indicando su causa.
•Conocer qué tecnologías, áreas de conocimiento, invenciones, productos, materias primas, servicios, líneas de investigación y empresas pueden hacer segundo uso, uso alterno o uso diferente de su Propiedad Intelectual.
•Determinar su presupuesto para la adquisición de Propiedad Intelectual.
•Detectar oportunidades de venta y compra de PI. Hacer participar a la empresa en Ferias, Congresos y Subastas de innovación y patentes.
•Desarrollar un plan y estrategia que contemple la posibilidad a iniciar o defenderse en juicios de Propiedad Intelectual. Gestionar un recurso económico para tales eventualidades.
•Crear estrategias de crecimiento y expansión considerando las opciones de licenciamientos, licencias cruzadas, cesiones, asociaciones en participación y franquiciamiento.
•El Director de PI debe participar en la planeación de impuestos y su estrategia vinculada a la explotación de activos intelectuales.
•Conocer a la perfección los instrumentos internacionales para el patentamiento de las invenciones.
•Contar adicionalmente con portafolios de Marcas y Derechos de Autor.
•Detectar y turnar al equipo de protección (Despacho Especializado) interno o externo la protección de cuanto activo se pueda tener.
Nosotros sostenemos que es posible generar Propiedad Intelectual y vivir de ella; si queremos que nuestras nuevas generaciones, nuestras empresas y nuestro país se suban a la autopista de la competitividad y la innovación, será muy importante estar preparados para saber cómo hacer negocio de nuestros inventos y patentes.
El autor es Perito en Marcas y Patentes, Consultor y Director de la firma Grupo Selco, especializada en Propiedad Intelectual