Por Claudia Robles
“Volver algún día…”
Llevar al borde cualquier sensación de goce es como estar parado al filo de un precipicio viendo lo último que alcanzan a vislumbrar los ojos. Es experimentar una sensación de riesgo controlada por una paz interna que logra poner en sintonía el cuerpo con el alma. Es arriesgar lo trivial; es reencontrarse con uno mismo; es disfrutar el estar vivo; es un cóctel de sensaciones.
Considerada una de las más extraordinarias muestras de arquitectura paisajista del mundo, Machu Picchu es el monumento emblemático del Perú, y desde el 7 de julio del 2007, una de las siete maravillas del mundo contemporáneo. Para el mundo es conocido como “Machu Pichu”, mientras que los peruanos señalan la doble “c” en pronunciación de “k”, “Machu Picchu”. Esta historia olvidada entre las brumas del tiempo guarda promesas de regreso de aquéllos que logran respirar su brisa, su neblina, disfrutar la intensidad de su sol y lo verde de su naturaleza.
Por medio de la técnica del carbono 14 o radiocarbono, que está basada en isótopos para conocer la edad de muestras orgánicas de menos de 60,000 años, es que se tiene el conocimiento de que la construcción de esta ciudadela corresponde al siglo XV aproximadamente. A pesar de los avances tecnológicos para conocer la edad acercada de piezas históricas, el arte del radiocarbono sigue siendo la preferida por su fidelidad, ya que la forma de conocer su antigüedad es mediante la pérdida de carbón. Machu Picchu, que en quechua significa montaña vieja, está situada en los Andes surorientales, en la cima de una montaña que domina el profundo cañón del río Urubamba, en la vertiente oriental de la cordillera del Vilcanota, a unos 80 km del Cuzco. La ciudadela se encuentra protegida por tres cerros imponentes. Machu Picchu, el más importante de los tres, guarda en su parte baja restos de lo que fue la alimentación de la ciudadela inca, en la parte media se han encontrado restos de plantas medicinales, y finalmente en la parte alta se han hallado restos de alucinógenos; sitio para meditar. El Huayna Picchu, con una altitud de 2,667 m sobre el nivel del mar, es el telón de fondo de los restos arqueológicos incas de Machu Picchu, sin embargo, también alberga importantes restos arqueológicos relacionados con el famoso complejo inca. Y al noreste del río Urubamba, se encuentra la montaña sagrada Putucusi. El centro de cada construcción religiosa del imperio inca, es el Intihuatana, pieza astronómica labrada con un tamaño entre 1 y 2 metros de altura. Se cree que servía como calendario para definir las estaciones.
La ciudadela ocupa un área aproximadamente de 10 hectáreas en plena selva tropical y consta de dos grandes espacios: La parte urbana, que representa la zona sagrada de Machu Picchu, que se da a conocer mediante sus mausoleos reales, templos y plazas, y la parte agrícola, constituida por sus andenes y recintos de almacenaje de alimentos. Se cree que de las principales funciones de este sitio arqueológico fueron fungir como centro de culto de los dioses y observación astronómica, así como ser una hacienda privada con escalinatas y canales de piedra labrada, constante en este místico lugar. Siendo una zona con tendencia sísmica, se tiene la teoría de que las piezas dentro de la ciudadela, fueron cortadas y labradas con ciertos vegetales que el hombre hoy en día no tiene su conocimiento, ya que no están pegadas con ningún metal sino que están perfectamente bien trabajadas y puestas unas sobre otras. Es admirable la acertada situación geográfica de la construcción de Machu Picchu, pues está edificada de tal manera que sólo consta con una angosta entrada. Esto permitía, en caso de ataque sorpresivo, ser defendida por muy pocos guerreros, y no era fácil ubicarla, pues estaba alejada de la vista de extraños por una enmarañada selva. Fue el lugar perfecto para levantar un centro ceremonial.
El origen de Machu Picchu es atribuido por los arqueólogos, con cierta certeza al Inca Pachacútec. Reconocido como el constructor del Cuzco, este aguerrido mandatario se caracterizó por sus conquistas territoriales y el desarrollo de la religión y espiritualidad entre su gente. El gobierno de Pachacútec abarcó desde 1438 a 1471 y fue el primer Inca en salir más allá del Valle Cuzco después de su épica victoria sobre los Chancas, cabe mencionar que los Chancas eran una cultura muy sanguinaria. A la hora de pelear y ganar, capturaban al enemigo para arrancarles la piel aún con vida, y de esta manera les demostraban que no debían meterse con ellos. Los colgaban de cabeza para que la sangre se concentrara en la parte superior del cuerpo y así podían hacer pequeños cortes en la parte frontal de los dedos de los pies para después comenzar a arrancar la piel poco a poco.
Después de que los Chancas fueron vencidos por el imperio Inca, con el Inca Pachacútec por mando, surge el origen de Machu Picchu. Ocres, verdes, cobres, olivos y tintos son los colores en la ropa de la gente que habita esta zona. Tanto la fauna como la flora de esta región, preparan a los visitantes para recibir la sensación de grandeza que brindan los cerros.
El cambio radical de un clima frío a uno cálido, gente embelleciendo el ambiente al tocar una flauta, animales como la llama o el guanaco, recrean lo que pudo haber sido la majestuosidad de lo que fue el imperio Inca. Machu Picchu es hogar de criaturas características del Perú como el oso andino o ucumari, en quechua. Es el oso de anteojos, por el color negruzco en su pelo alrededor de éstos. Con la combinación de un escenario natural de gran belleza y el atractivo de los restos prehispánicos más famosos del mundo, es como Machu Picchu logra la sensación de magia inolvidable.
Extraño e interesante. Con un clima exclusivamente tropical, por la influencia que los Andes conceden al territorio peruano, no se había contemplado la posibilidad de encontrar momias en la esta zona del Perú, sin embargo, se han encontrado tres. La humedad ha provocado que se deterioren pero se ha logrado rescatar la teoría de que pudieron haber pertenecido al llamado horizonte tardío del imperio Inca, que se desarrolló aproximadamente entre los años 1400 y 1500 después de Cristo. Los tres esqueletos fueron encontrados en sus respectivas cuevas en posición fetal y rodeados de objetos ceremoniales.
Machu Picchu, camino del Inca, lugar de soledad y compañía, de infinitos sonidos e innumerables silencios. Espacio armónico de la naturaleza, no es la destrucción ni el deterioro, es la línea entre lo humano y lo divino, entre el ser y el dejar ser. Me aventuré por un lugar místico. El recorrido fue maravilloso. “Volveré algún día…” ®