Por Felipe Sánchez Banda
Saltillo, Coahuila. (Agencia Informativa Conacyt).- La Universidad Autónoma de Coahuila (Uadec) y la Universidad de San Carlos de Guatemala desarrollarán una colaboración binacional para fomentar y desarrollar la biotecnología entre ambas instituciones.
Con esta cooperación entre México y Guatemala se busca desarrollar proyectos para resolver problemas sociales aplicando biotecnología, la formación de recursos humanos altamente especializados y el fortalecimiento interinstitucional de estas universidades latinoamericanas.
La iniciativa para suscribir la cooperación entre las instituciones guatemalteca y mexicana surgió a partir de la Red Iberoamericana de Biotecnología Isla Negra (RIABIN), Programa Pablo Neruda, grupo donde se contactaron los doctores Yolanda Garza García, de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la Uadec, y el doctor Carlos Orozco Castillo, de la Unidad de Biotecnología de la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
“Esto se dio de una actividad de carácter académico y científico en la cual participan delegados de diferentes países; en este encuentro dentro de la Red Iberoamericana de Biotecnología surgió el interés por tener esta colaboración”, indicó la doctora Yolanda Garza García, coordinadora de Posgrado e Investigación de la Facultad de Ciencias Químicas de la Uadec y profesora investigadora del Departamento de Biotecnología de la institución.
Ambos científicos coincidieron en la necesidad de fortalecer la biotecnología y las relaciones institucionales entre ambos países.
“En un congreso científico, donde ambos participamos como ponentes, tuvimos la oportunidad de conversar y considerar la posibilidad de cooperación académica y científica entre la Universidad Autónoma de Coahuila y la Universidad de San Carlos de Guatemala, particularmente entre los departamentos de Biotecnología de la Uadec y el Departamento de Biotecnología de mi institución académica”, comentó el doctor Carlos Orozco Castillo, profesor investigador y coordinador de la Unidad de Biotecnología de la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos en Guatemala.
La Red Iberoamericana de Biotecnología Isla Negra (RIABIN), Programa Pablo Neruda permite y propicia el intercambio de profesores y estudiantes, como una oportunidad de que expertos de cada país puedan aportar ese nivel de conocimiento a otras naciones y viceversa. Es un apoyo multidisciplinario entre universidades, centros de investigación y, en consecuencia, entre países.
“En este contexto, en la cooperación entre la Universidad Autónoma de Coahuila y la Universidad de San Carlos de Guatemala, particularmente entre los departamentos de Biotecnología de la universidad mexicana y la universidad de Guatemala, estamos tratando de abordar el tema de tratamiento de aguas residuales”, señaló el doctor Orozco Castillo.
Proyectos de alcance social – Tratamiento de aguas en zonas rurales
Uno de los objetivos centrales de esta cooperación entre universidades es el desarrollo de proyectos de alcance social y que sean implementados para resolver problemáticas de interés público, inicialmente los investigadores se enfocarán en el tratamiento de aguas residuales en zonas rurales de Guatemala. Tentativamente en la Mancomunidad Metrópoli de “Los Altos”, compuesta por 10 municipios en donde los índices de pobreza son altos.
“Este es un tema de interés para ambos países, pero particularmente en Guatemala es un tema importante, ya que actualmente en algunas zonas no existe un tratamiento de este tipo de residuos y, consecuentemente, están provocando una alta contaminación al ambiente”, subrayó el académico guatemalteco.
El doctor Orozco Castillo agregó que el proyecto se refiere a aguas que provienen de los usos de áreas residenciales, industriales y fábricas. Estos líquidos tienen una serie de contaminantes como bacterias, metales pesados, entre otros. Esta clase de residuos, al llegar al ambiente, causan daños severos en la fauna, ríos, peces y a las personas del área rural, ya que consumen el líquido de los ríos y, eventualmente, presentan problemas de salud.
“Buscaremos atacar el problema del agua contaminada en Guatemala, contribuyendo con tecnología desarrollada en México, en el Departamento de Biotecnología de la Facultad de Ciencias Químicas”, señaló la doctora Garza García.
Los investigadores enfatizaron que en ambos países el problema de las aguas residuales es realmente evidente y dañino. Por lo tanto, es necesario buscar soluciones que coadyuven a solucionar esta problemática y repetir el proceso.
El científico Orozco Castillo explicó que el equipo de investigadores del Departamento de Biotecnología de la U. A de C. han desarrollado técnicas biotecnológicas y mecanismos muy interesantes para resolver esta problemática.
“En ese orden de ideas, hemos conversado sobre la posibilidad de que ellos puedan colaborar con nosotros utilizando estas tecnologías y poder aplicarlas a la problemática que nosotros tenemos en ciertas regiones del país, particularmente el altiplano donde la situación social de la población es bastante restringida y no tienen la capacidad por sí mismos de desarrollar este tipo de tratamientos de aguas residuales”, detalló el investigador de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Con esta colaboración se buscará transferir la tecnología y el conocimiento de los especialistas mexicanos para replicarlo en la región del altiplano de Guatemala, además de contribuir a la formación de especialistas en biotecnología para el país centroamericano.
“La idea es que ellos puedan transferir su tecnología, conocimientos y experiencia para aplicarlo a nuestra región. Pero, paralelamente, tener la oportunidad de que colegas de nuestro país puedan venir y aprender la tecnología, es decir, formación de recursos humanos que después puedan desarrollar por sí mismos estas tecnologías”, aclaró el coordinador.
Los especialistas destacaron que este tipo de proyectos tendrá como finalidad resolver problemas muy puntuales de interés social y económico.
“Esta colaboración binacional es una oportunidad de que países vecinos y países hermanos puedan, de una u otra forma, colaborar entre ellos para contribuir al desarrollo de la biotecnología entre los países”, agregó la investigadora Garza García.
El científico Orozco Castillo recalcó que hasta el momento se acordó una cooperación de carácter técnico y científico; sin embargo, para poder desarrollarla se necesitan recursos económicos.
“Nosotros en Guatemala tenemos la oportunidad de poder preparar una propuesta sobre esta problemática y presentarla a las instancias correspondientes relacionadas con el financiamiento de investigación y la transferencia de tecnología, esta instancia se conoce como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, que es la parte directriz y la parte operativa de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología”, mencionó el investigador.
Los especialistas latinoamericanos planean obtener financiamiento para iniciar la primera fase de la investigación. En el corto plazo, un año aproximadamente, el proyecto arrancaría mediante un diagnóstico y caracterización de la problemática.
“Iniciaríamos el proceso viendo cuáles son las posibles alternativas, dentro de los distintos métodos biotecnológicos que se pueden aplicar en el tratamiento de aguas residuales para estas regiones, aquí es fundamental el apoyo y la asesoría técnica del Departamento de Biotecnología de la Uadec”, explicó el doctor.
Dentro de esta primera etapa se incluiría la oportunidad de una visita, al menos de dos o tres expertos del departamento que puedan acudir a la zona donde se desarrollaría el estudio. En un principio, sería puramente análisis y comparación de métodos para observar qué opción sería más eficiente.
La segunda etapa del proyecto tendría como finalidad establecer una planta piloto de tratamiento de aguas residuales.
“La siguiente (etapa) sería establecer una pequeña área piloto donde pudiéramos instaurar el resultado de esta investigación, que sería el método que conlleva a establecer una pequeña planta de tratamiento de aguas residuales que refleje que la metodología y la tecnología propuestas funcionan”, especificó el investigador Orozco Castillo.
Con una perspectiva optimista, los científicos comentaron que la instalación de una planta piloto podría escalar a plantas de tratamiento más grandes que pudieran establecerse en cada uno de los municipios de la Mancomunidad Metrópoli de “Los Altos”, poblaciones con índices de pobreza altos y con la necesidad de apoyo y transferencia de estas tecnologías para mejorar sus condiciones de vida.
La doctora Garza García recalcó que los proyectos desarrollados en las instituciones educativas deben trascender y buscar resolver este tipo de problemas, beneficiar a las personas y aplicar la tecnología directamente donde hace falta.
“La experiencia que uno tiene como investigador y que luego transmites a los estudiantes en clase es fundamental. La ciencia nunca está estática, se desarrolla día a día. Hay mucho que hacer todavía”, subrayó la coordinadora de posgrado de la Uadec.
Los académicos añadieron que, a la par de este tipo de proyectos, se involucrará la formación de recursos humanos para generar especialistas que, a futuro, constituyan un equipo de cada país y se pueda desarrollar la tecnología a nivel local.
“Esperamos que este sea el inicio de una colaboración fructífera que, de alguna manera, en principio, sea beneficiosa; obviamente para la zona donde estamos dirigiendo el proyecto que es Guatemala en el altiplano, pero que, a la vez, enriquezca la cooperación científica y académica entre las instituciones que participamos en el proceso”, puntualizó el coordinador Orozco Castillo.