Por Alan Gómez
FUENTE: Agencia Informativa CONACYT
Ensenada, Baja California. 8 de febrero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El Premio Nacional Q.F.B. Santiago Maza se entregó por primera vez a un mismo proyecto y de manera consecutiva en 2014 y 2015. El ganador de este doble reconocimiento, otorgado por la Asociación Farmacéutica Mexicana A. C., fue Saúl Castañeda Hernández, estudiante de doctorado en la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), campus Tijuana.
Saúl Castañeda, junto con su tutor José Luis Sánchez Palacio, doctor investigador de la UABC, trabaja desde hace cuatro años en un tratamiento para combatir el hemangioma infantil, padecimiento caracterizado por tumores vasculares benignos, comunes en los primeros meses de vida de un niño.
El proyecto galardonado, donde además colaboran la química Hermelinda de la Cruz y la doctora Esbeydy García, consistió en crear, administrar y monitorear una solución o “jarabe” que ha demostrado ser efectiva en la disminución y desaparición de este tipo de tumores. El innovador tratamiento necesita aproximadamente un año para surtir efecto, a diferencia de las terapias ya conocidas que pueden demorar hasta una década para desaparecer el tumor. La solución se realiza a base de propranolol, un compuesto usado para contrarrestar principalmente la hipertensión en pacientes adultos.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Saúl Castañeda Hernández y José Luis Sánchez hablaron sobre los avances del proyecto, mismo que se desarrolla principalmente en el Hospital Infantil de las Californias, en Tijuana, Baja California.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuál es el principal riesgo para los pacientes que desarrollan un hemangioma?
José Luis Sánchez (JLS): El problema con los hemangiomas es que pueden incapacitar algunos órganos o dañar estéticamente al niño, algunos no se ven y se pueden presentar en el hígado, en el oído o en el ojo.
Generalmente se usan corticosteroides para tratarlos, con efectos adversos muy intensos, o la cirugía. Y la otra opción es usar este tratamiento que proponemos; desafortunadamente en México no se le ha puesto la atención necesaria. En Estados Unidos ya se está regulando el uso del propranolol, y ya existe una solución comercializada francesa, el Hemangiol, que es muy cara, por cierto, y más para países como el nuestro.
AIC: A finales de 2014, documentaron para la Agencia Informativa Conacyt los casos de 31 pacientes tratados eficazmente con este método desarrollado por ustedes, acotado por algunos efectos secundarios leves, ¿se está trabajando en la disminución de estos efectos?
JLS: Se presentaron algunos casos de hipoglucemia leve e hipotensión, y estamos haciendo un análisis para revisar estos factores, así como para reducir el tiempo del tratamiento. Hay ciertas variables que se tienen que tomar en consideración, como la dosis, porque no hay guías establecidas para esos pacientes. Es muy importante desarrollarlas, porque utilizar una dosis adecuada para la población mexicana no es fácil si no tenemos guías; y es precisamente lo que estamos haciendo con estos estudios, determinar la dosis según el tamaño y localización del hemangioma, la edad del niño, el metabolismo y otros factores que vamos a tomar en cuenta para sacar una ecuación que nos permita la dosificación del medicamento con mayor certidumbre. Además estamos dando un seguimiento en las muestras sanguíneas de los pacientes para ver que los niveles sean adecuados.
Saúl Castañeda Hernández (SCH): Actualmente ya tenemos datos de 80 pacientes tratados. Más de 90 por ciento de los casos ha tenido respuesta favorable, y los que no, muchas veces es porque los papás no administran el medicamento en tiempos y cantidades adecuadas. Nosotros, como químicos farmacéuticos, debemos colaborar directamente con los padres en el tratamiento. En este sentido es importante resaltar la labor del químico farmacéutico.
AIC: ¿Sería viable, una vez terminado el estudio, pensar en crear un medicamento comercial para México?
JLS: Nosotros por lo que hemos optado es realizar la solución en el hospital, que nos está dando el mismo resultado que la marca comercial norteamericana que tiene un costo aproximado de 250 dólares al mes; mientras que a nosotros nos sale en unos 10 dólares al mes. Esto es mediante la elaboración de formulaciones extemporáneas, las cuales son una opción accesible y económica para la sociedad, que se puede realizar de manera más o menos fácil y práctica, siempre y cuando un profesional sea quien realice el proceso, el químico farmacobiólogo, el farmacéutico; su participación es vital.
AIC: Mencionaban que en Estados Unidos ya se está reglamentando el propranolol, ¿México se está quedando rezagado?
SCH: Depende de cómo se vea. Nosotros tenemos más de cuatro años arrojando resultados. En Estados Unidos, el año pasado la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el medicamento. En México no es un tratamiento de primera elección, eso queda a consideración del médico precisamente porque no existen estudios que avalen su eficacia en la población pediátrica, que es en lo que estamos trabajando actualmente (…) En cuestión de este tipo de padecimientos nosotros somos pioneros, aunque no haya regulación, y lo hemos estado trabajando mediante comités de ética en la UABC, por ejemplo.
AIC: ¿Es posible que los padres cuyos hijos padezcan este tipo de tumores se acerquen a ustedes? ¿Cómo pueden entrar en contacto?
SCH: Claro. Lo primero sería agendar una cita en el Hospital Infantil de las Californias y, dependiendo del paciente, el pediatra puede asignar este tratamiento para tratar el tumor vascular. Contamos con farmacéuticos en el hospital, parte de nuestra formación como profesionistas es llevar un seguimiento continuo al tratamiento del paciente con el fin de optimizar la terapia.