Por Israel Pérez Valencia
Santiago de Querétaro, Querétaro. (Agencia Informativa Conacyt).- El tratamiento y reciclaje de aguas industriales representa un reto en Iberoamérica porque no se realiza adecuadamente y porque las tecnologías son caras y poco sostenibles. Este problema se agudiza en las pequeñas y medianas empresas (pymes), que muchas veces no cuentan con los medios y conocimientos suficientes para abordar el problema, además de la falta de una legislación adecuada entre los países de la región para la transferencia de tecnología.
En ese contexto, surge la Red Tritón, integrada por 10 grupos de investigación y ocho empresas de países como España, Nicaragua, Colombia, Chile, Venezuela, Bolivia, Perú, Argentina y México, apoyada por el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Cyted), cuyo objetivo es promover el tratamiento y reciclaje de aguas residuales de las pymes mediante soluciones sostenibles fundamentadas en procesos biológicos.
El investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, y coordinador de la Red Tritón Julián Carrera Muyo, señaló que el problema de las aguas residuales industriales es acuciante en gran parte del mundo, especialmente en pequeñas y medianas empresas de países con niveles de desarrollo demasiado elevados.
“Estas pymes no cuentan con recursos para tratar estas aguas, por lo que el esfuerzo de esta red va encaminado a la formación de personal en el ámbito académico que brinde soluciones a estos problemas, así como documentos con permanencia. La red la comprenden instituciones de ocho países diferentes; contamos con grupos de investigación y empresas que son tanto usuarios finales —como cárnicas o conserveras— y desarrolladoras de sistemas de tratamiento que trabajan junto con las universidades. La red tiene una duración de cuatro años, en cada uno hacemos una reunión de coordinación donde nos juntamos para hacer cursos para la formación de personal académico y una jornada o workshop, con la presentación de tecnología lo suficientemente madura para ser transferida a la industria”.
Señaló que el reto de la red es concienciar a las empresas de que las aguas residuales que generan forman parte de sus procesos y deben darles una salida, dado que es un problema común a nivel mundial.
“El tratamiento de las aguas es un tema extraño para las empresas, porque ellos solo se dedican a producir. Por otro lado, las pymes de Iberoamérica no cuentan con personal cualificado en este tema, por eso compran tecnologías a empresas de otros países, como Estados Unidos o Canadá, que usualmente no les funcionan. Los sistemas de tratamiento de aguas residuales normalmente son biológicos, los elementos que realizan la depuración son bacterias que requieren de un seguimiento por personal especializado, por lo que en la red pretendemos brindarles información para que dispongan de ella”.
Tratamiento del agua y producción de biocombustibles gaseosos
El investigador titular del Instituto de Ingeniería UNAM, campus Juriquilla, doctor Germán Buitrón Méndez, destacó que esta institución participa en la red a través de los trabajos que se desarrollan en el Laboratorio de Investigación en Procesos Avanzados de Tratamiento de Aguas (LIPATA), particularmente en proyectos encaminados al tratamiento del agua y la producción de biocombustibles gaseosos.
“Tenemos proyectos que hemos desarrollado para la industria vitivinícola, dada la importancia que tiene en el estado de Querétaro, y procesos para la obtención de etanol de segunda generación en una biorrefinería que genera residuos que se pueden transformar en biogás”.
Al respecto, el estudiante de maestría Alberto Hernández abundó que en el LIPATA han desarrollado reactores para la producción de hidrógeno (H) con efluentes vitivinícolas.
“El objetivo es que a temperaturas mesofílicas (alrededor de 35 grados), los reactores comiencen a producir el hidrógeno, que es muy noble con la naturaleza. Estamos tratando residuos agroindustriales y producimos un combustible muy demandado y de lo mejor que podríamos obtener desde el punto de vista ambiental. Contamos también con reactores metanogénicos —uno mesofílico y otro termofílico— que están trabajando con efluentes de la industria tequilera, es decir, el bagazo de agave (Agave tequilana) que es tratado de forma ácida y técnica para obtener un hidrolizado que se incorpora a los reactores que son modelados con un controlador lógico programable (PLC, por sus siglas en inglés) para poder hacer un modelo matemático”.
Puntualizó que también trabajan con hidrolizados de rumen —un conjunto de bacterias que vive en los estómagos del ganado— que rompen los enlaces lignocelulósicos para obtener materiales que pueden consumir los reactores y obtener carbohidratos disponibles para producir metano.
“Contamos también con reactores a escala piloto, en un sistema in vivo, de carrusel o raceway para el tratamiento de aguas residuales, donde crecen algas que producen oxígeno que es consumido por bacterias para el tratamiento de la materia orgánica, se genera un consorcio”.
En la reunión anual de la Red Tritón de 2018, que se llevó a cabo en el Instituto de Ingeniería de la UNAM, campus Juriquilla, se presentaron proyectos de control de oxidación enzimática de contaminantes mediante medidas de potencial de óxido-reducción; alternativas biológicas para el tratamiento de efluentes de la industria farmacéutica y bebidas no alcohólicas; comunidades microbianas de sistemas de obtención de energía a partir de residuos; aplicación de técnicas moleculares en el seguimiento de reactores anaerobios industriales, así como el estado del arte y perspectivas sobre la purificación y enriquecimiento del biogás y la generación de plásticos con base en polihidroxialcanoatos.