Por Francisco Torres
Monterrey, Nuevo León. (Agencia Informativa Conacyt).- Hasta largas horas de la noche, sin importar si de un fin de semana se trata, el equipo de robótica de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), TigreRobotics, desarrolla constantemente proyectos científicos con un enfoque social.
Entre los proyectos actuales, el conjunto universitario conformado por 50 integrantes ha desarrollado Brazos que Cambian Vidas, el cual consiste en la elaboración de prótesis de brazos a bajo costo para infantes. Pero no son prótesis convencionales, ya que son decoradas ¡al estilo de los superhéroes!
“Este programa es para los niños de escasos recursos, ya que las cifras actuales señalan que en México se realizan anualmente 25 mil amputaciones de brazos, pero solo se producen cerca de mil 500 prótesis. En ese déficit encontramos un área de oportunidad”, señala Hannia Mata, estudiante de preparatoria de la UANL, pero perteneciente al equipo representativo de robótica.
Bajo costo, principal objetivo de las prótesis
En el mercado, las prótesis de brazo llegan a costar hasta 500 mil pesos, condición que explica el déficit de producción con respecto a la necesidad. Precisamente por eso, TigreRobotics ha enfocado su desarrollo en el coste bajo, pero sin que disminuya la calidad del producto.
“Las prótesis en el mercado van desde los 300 mil hasta los 500 mil pesos, mientras que nuestro diseño más caro se encuentra en alrededor de 20 mil pesos. Esto es una diferencia significativa, que puede ayudar a que sean accesibles para más personas en necesidad de ellas”.
Para TigreRobotics, el problema no se encuentra en la fabricación ni en la producción, sino en las condiciones económicas que afectan a la mayoría de quienes requieren una prótesis de brazos. Por eso, el bajo costo es fundamental para el éxito.
Brazos que Cambian Vidas se encuentra a la espera de la certificación otorgada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), para así poder otorgar en los próximos meses su primer diseño completamente funcional. Antes de finalizar el año, esperan poder hacer entrega de cuatro prótesis más.
El diseño de las prótesis cuenta con el apoyo de la Facultad de Medicina de la UANL, así como la supervisión del coordinador general del Centro de Ingeniería Biomédica del Hospital Universitario de la UANL.
Bueno, bonito, barato… ¿y de superhéroes?
Si bien existen otras organizaciones que desarrollan prótesis a bajo costo, Brazos que Cambian Vidas tiene un valor agregado: sus prótesis de brazo son modelos decorados al estilo de los superhéroes más famosos.
“Como estas prótesis son dedicadas para los niños, entonces tenemos diseños de Capitán América, de Iron Man, Frozen. Tenemos también un modelo llamado Skins, donde las partes están ensambladas por partes, y si alguna pieza se rompe, el niño pueda simplemente cambiarla”.
El cambio sencillo de las piezas hace posible el intercambio de personajes en la prótesis, es decir, si el usuario quiere, puede portar su prótesis un día de Capitán América y al día siguiente hacer el cambio a Iron Man, sin dejar de tener el funcionamiento óptimo.
Las prótesis al estilo de superhéroes buscan, además de ser funcionales, que los niños usuarios de ellas logren tener una adaptación más sencilla hacia su condición de amputación.
Ciencia compleja para un uso sencillo
“Tenemos dos tipos de prótesis: están las mecánicas, que son las más baratas, trabajan con el movimiento, por ejemplo, si el niño levanta el brazo, se cierra la mano; y está la prótesis mioeléctrica, que funciona con un brazalete mioeléctrico que el niño se lo ajusta en el bíceps, para que así el músculo mande la señal al brazalete”.
Se optó por la utilización del brazalete mioeléctrico porque es más preciso que los servomotores. Esto porque la función del brazalete consiste en la captación de las señales emitidas por el bíceps, algo que llega a la tarjeta Raspberry que TigreRobotics programa.
Por eso, las prótesis cuentan con dos elementos fundamentales: la microcomputadora, que ayuda a realizar las funciones principales del aparato. Y “la programación que llevamos a cabo la hacemos a través del programa Python, ahí establecemos las funciones que queremos que realice”.
Si bien cuenta con un extenso código de programación, los potenciales usuarios no tendrán que batallar, puesto que el brazalete mioeléctrico mandará los impulsos y la programación actuará para cumplir la función.