En el estudio de la UNAM participa también una universidad inglesa y puede recibir un impulso económico de 200 mil libras
La breve caída en la producción nacional de frijol (Phaseolus vulgaris) por las sequías en los últimos tres años, aunado a una mayor demanda en su consumo interno, han dado como resultado un incremento en el precio de esta leguminosa en un 60 por ciento y la necesidad de importarla, principalmente, de EU.
Esta problemática motivó a investigadores del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, en el grupo de la doctora Alejandra Covarrubias, a llevar a cabo un proyecto para la mejora de la eficiencia en el uso del agua del frijol y la fijación del nitrógeno en condiciones de sequía, para lo cual se utiliza germoplasma mesoamericano no transgénico. En el estudio científico participan investigadores de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, y por su importancia está propuesto para obtener el Premio Newton, que entregaría 200 mil libras (unos 4.9 millones de pesos) para su desarrollo.
El proyecto desde el IBt lo encabeza el doctor Caspar Chater, quien en entrevista señala más del diez por ciento del territorio mexicano se dedica a la producción de frijol, en varias de sus especies. Hasta hace unos años la tasa de crecimiento anual en la producción nacional era del 13 por ciento, pero los rendimientos han venido a menos a causada de las sequías.
“En México hubo sequías catastróficas en 2011 y en 2013, que afectaron a las principales zonas productoras de frijol de Zacatecas, Durango y Chihuahua, así como a Coahuila, San Luis Potosí, Sonora y Tamaulipas. La mayor parte de la producción en el país depende de la lluvia, pero debido a su alto costo el riego no es una opción en caso de haber sequías.
El especialista en biología molecular de plantas explica que el déficit de agua afecta directamente el rendimiento del frijol al provocar el aborto de flores, vainas y semillas, y también reduce la calidad que las plantas pueden producir. Igualmente, la sequía afecta las cualidades de las vainas de los ejotes porque cambia la textura, el aspecto y la curvatura, cualidades que son valoradas por los consumidores.
Las cualidades nutricionales en la vaina y en las semillas también se ven afectadas. Durante la sequía, los frijoles se vuelven mucho menos ricos en hierro y zinc. La calidad de la proteína (fuentes de aminoácidos que contienen fósforo y nitrógeno para la dieta humana) también disminuye. Otras cualidades como el tiempo de cocción, la absorción de agua y la calidad del enlatado también cambian, y son fundamentales para los productores y consumidores.
“Nuestra investigación se enfoca en mejorar las variedades de frijol común mesoamericano, lo que significa que cualquier mejora genética que hagamos debe ser aplicable a los agricultores de toda la República. Estamos particularmente interesados en comprender las respuestas ambientales de la variedad popular llamada ´Pinto Saltillo´, porque es muy resistente a la sequía, pero si podemos mejorarla aún más mediante la alteración de las respuestas estomáticas y el uso eficiente del agua habrá un gran impacto en la agricultura mexicana en general”.
El Premio Newton se otorga a proyectos científicos innovadores que sirvan para abordar los desafíos del mundo en desarrollo y propongan formas de resolverlos. Este año, por América Latina aplicaron por el Premio 140 proyectos de México, Brasil, Chile y Colombia. Los resultados se darán a conocer en noviembre de 2018 y los premios se entregarán en diciembre.
“Estamos muy contentos y emocionados de que nuestro proyecto haya sido pre-seleccionado, junto con otros cinco proyectos mexicanos. Si ganamos el premio ampliaremos la investigación para descubrir mutaciones clave en el frijol común que puedan mejorar el uso del agua en las plantas y las respuestas a la sequía. Asimismo, se contratará a dos investigadores postdoctorales mexicanos y dos técnicos de investigación para desarrollar el proyecto”, establece el doctor Caspar Chater. (Agencia ID)