Por INDAUTOR
Las redes digitales fueron concebidas como un medio para compartir información y conocimiento bajo un contexto puramente privado.
Estamos frente a una revolución tecnológica cuyos beneficios son altamente rentables para muchos de nosotros y establecen diferencias importantes entre los diversos sectores dedicados al uso y explotación de bienes culturales y del entretenimiento sobre la producción, oferta y acceso a todo tipo de contenidos intelectuales, sean de texto, sonoros o visuales. El entorno digital permite el uso de obras mediante su exhibición, reproducción, ejecución o cualquier otra forma de comunicación o transmisión, así como también su manipulación para la explotación de sus versiones, lo que conlleva a replantear la reestructura de las normas vigentes bajo la necesidad y el objetivo común de ofrecer una adecuada protección legal al derecho fundamental del autor sobre los nuevos medios y formas de explotar sus creaciones literarias y artísticas.
Sin embargo, la infinidad de oportunidades para nuevos modelos de negocios adaptados a la era digital han provocado un cambio de mentalidad en todos los niveles de nuestra sociedad y de una revisión consciente se concluye con que los principios básicos para la protección de los autores respecto de sus obras son aplicables en el entorno digital, y es que la coyuntura económica, la globalización, con un aprovechamiento adecuado de las tecnologías de las telecomunicaciones y los medios informáticos permiten nuevos desafíos para los sectores industriales, comerciales y culturales, ya que se facilita la publicación, acceso o divulgación de una obra de manera sorprendente, además de abaratar los costos en su producción y licenciamiento para cualquiera, desde cualquier lugar en que esa persona se localice y en el momento que así lo decida.
Ni duda cabe que el desarrollo tecnológico ha multiplicado y diversificado las formas de creación y explotación de las creaciones intelectuales, siendo la Internet el nuevo instrumento para acceder, intercambiar y compartir todo tipo de contenidos intelectuales
sin ningún tipo de restricción. Ya no existe esa falsa creencia de que todo lo ofrecido en Internet es gratuito y por la oferta continua de contenidos está el nuevo reto del Derecho de Autor para evitar que las infinitas copias y sus manipulaciones sean objeto de descargas y transmisiones electrónicas sin ningún tipo de autorización o permiso y sin el pago de las regalías correspondientes.
Las redes digitales fueron concebidas como un medio para compartir información y conocimiento bajo un contexto puramente privado, pero también se han convertido en un instrumento estratégico en la generación y oferta de mayor contenidos intelectuales para favorecer el progreso colectivo e inspirar nuevas creaciones. No debemos olvidar que los Derechos de Propiedad Intelectual, su reconocimiento, protección y observancia, afianzan la diversidad cultural de un país, independientemente de la revolución tecnológica existente. Es por ello que el éxito de nuestra formación cultural, hoy en día, está basado en la consolidación de una sociedad madura y responsable con la labor creativa de nuestros autores y artistas.
Respeta el derecho de autor y protege tus creaciones intelectuales.
Para cualquier duda o aclaración respecto a este tema o cualquier otra consulta o asesoría relacionada con la Ley Federal del Derecho de Autor y su Reglamento, favor de dirigirse al Departamento de Consultas del Instituto Nacional del Derecho de Autor a los teléfonos 3601-1097 y 3601-8203, extensiones 21122, 21123, 21125 y 21136, o al correo electrónico: [email protected].