Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. (Agencia Informativa Conacyt).- Fabricación de blocks tipo Lego, incubadoras de codornices, cálculos en el ámbito del clima y desarrollo de un brazo robótico formaron parte de los 19 proyectos que se llevaron a cabo durante la séptima edición de la Estancia de Verano Talento CICY, que contó con la participación de 50 niños y jóvenes a lo largo de dos semanas.
Gabriela Herrera Martínez, jefa del Departamento de Comunicación Institucional del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que el programa tiene como objetivo crear vocaciones científicas en niños y jóvenes, con la finalidad de que puedan pensar en la ciencia como una posibilidad de profesión en el futuro.
“Esa es la idea, que compartamos el conocimiento y que transmitamos también a niños y jóvenes el amor que tenemos por la ciencia, porque sabemos que es muy útil para resolver necesidades que aquejan hoy por hoy a la sociedad”.
De acuerdo con Julio César Domínguez Orta, técnico académico de divulgación del CICY e integrante del comité organizador de Talento CICY 2018, además de incentivar las vocaciones científicas, el programa tiene el objetivo de desmitificar la imagen del científico como una persona de bata blanca retraída, distraída y greñuda.
“También sirve para que los chicos vean a un científico de carne y hueso que es como tú, como yo, como todos, y que no hace otra cosa que buscar soluciones para problemas nacionales”, resaltó.
De una pregunta a un proyecto de investigación
De acuerdo con Herrera Martínez, los participantes partieron de una pregunta base, de la cual desarrollaron su proyecto de investigación aplicando el método científico. “Esa es la idea de Talento CICY, que desarrollen ellos mismos su propio proyecto de investigación de principio a fin, que partan de una pregunta, apliquen el método científico y encuentren su respuesta”.
Guiados por especialistas en cada uno de sus campos, los equipos de trabajo llevaron a cabo tareas diarias que iban desde construir y manipular un brazo robótico, hasta descifrar la pregunta ¿por qué el metal flota?
En el proyecto Fabricando blocks tipo Lego, los participantes fabricaron un material para elaborar blocks de construcción ligeros que no necesitan pegamento para ensamblarse, sino que se ensamblan uno con otro, como las piezas de Lego.
En el proyecto Las plantas a nuestro servicio, los participantes conocieron la manera en que las plantas ofrecen beneficios medicinales y ambientales. En el área de robótica, electrónica y física, lograron construir un dispositivo de dibujo automatizado; mientras que el equipo del área de ingeniería desarrolló una página web a través de lenguaje de programación.
El proyecto Noticiencia tuvo como objetivo explicar en qué consiste la comunicación de la ciencia y la importancia que tiene comunicarla a la sociedad. Para ello, los participantes elaboraron un noticiero, un periódico y publicaciones en las redes sociales virtuales del CICY.
“Nosotros les dimos bases de cómo realizar las publicaciones, clases de redacción, clases de televisión. Con las capacidades que tenemos en nuestro centro, pudimos capacitarlos para que hicieran un noticiero y al final se obtuvieron los resultados esperados”, apuntó Domínguez Orta.
Los proyectos se enmarcaron en las distintas áreas de interés del CICY: materiales, energía renovable, ciencias del agua, recursos naturales, bioquímica y biotecnología. “Me asombró la capacidad de apropiación del conocimiento que tuvieron los chicos, que es otro objetivo de talento CICY, que sepan qué impacto tiene en su vida y en la vida de los demás este conocimiento”.
Con el fin de que la ciencia llegue a más niños y jóvenes, solo se aceptaron dos solicitudes de reingreso, mientras que las 48 restantes fueron de nuevos participantes al programa. “La experiencia fue tan buena que muchos niños quisieron postularse de nuevo, pero tenemos que dar oportunidad a que otros chicos conozcan la ciencia. Llegar por primera vez a alguien y que le guste la ciencia es el objetivo principal”, expresó Domínguez Orta.
Asesores de proyecto, voluntarios de la ciencia
Investigadores, técnicos académicos, técnicos de servicio y estudiantes de posgrado participan de manera voluntaria para brindar asesorías a los participantes del programa. Una vez que la convocatoria es publicada, cada asesor desarrolla una propuesta de proyecto con un protocolo científico y, posteriormente, se les brinda una capacitación para transmitir el conocimiento científico de forma lúdica a niños y jóvenes.
“El capacitador nos ayuda para que nosotros mismos podamos afinar nuestros proyectos y podamos ser más efectivos en esta transmisión del conocimiento hacia los niños, para que podamos hacer una experiencia que sea memorable para ellos”, indicó Herrera Martínez.
Inmersión a las manifestaciones de la ciencia
De acuerdo con Herrera Martínez, la estancia de verano Talento CICY va más allá de la realización de un proyecto de investigación en laboratorio, pues diariamente los participantes asisten a distintas actividades que se realizan en el centro de investigación para conocer diferentes manifestaciones de la ciencia.
Algunas de estas actividades fueron realizar su propio ejemplar de herbario, aprender a elaborar composta, realizar visitas en el orquideario, así como conocer el quehacer del Laboratorio de Metrología y la Oficina de la Protección a la Propiedad Intelectual, donde aprendieron sobre la importancia de proteger las ideas y la manera en que las ideas científicas se protegen para el beneficio de la sociedad.
“Estuvieron expuestos a una gran manifestación de ciencia que hacemos en el CICY para que vean que si les tocó, por ejemplo, un proyecto de electrónica, sepan que también hacemos plantas y muchas actividades más”.
Este programa se realiza a través del Financiamiento de Fomento a las Vocaciones Científicas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y fondos concurrentes del CICY.
“Hacer dos semanas de ciencia teniendo 50 niños no es barato. Hay que comprar todos sus materiales, los materiales de los 16 proyectos de investigación, talleres, kits, camisetas, batas, comidas. Y gracias a la ayuda de Conacyt es que podemos realizar este proyecto con tantas facilidades para los chicos y para los asesores”, describió Herrera Martínez.
En su séptima edición, el programa recibió un total de 94 solicitudes, entre las cuales fueron seleccionados 50 participantes para desarrollar sus proyectos de investigación. “El programa ha ido creciendo paulatinamente y cada vez tenemos más demanda. Es muy difícil decirle a tanto niño que quiere acercarse a la ciencia que no tenemos capacidad para ello. Entonces tratamos de que los que participen en el programa saquen el mayor beneficio de él”.