FUENTE: Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, www.anuies.mx
Inspirados en la complejidad del cerebro humano, el Dr. Gustavo Olague Caballero, investigador del Departamento de Ciencias de la Computación del CICESE y su equipo de estudiantes, han desarrollado un algoritmo capaz de resolver problemas a través de un modelo llamado Brain Programing (programación de cerebros).
La programación de cerebros no se trata de programar cerebros humanos, sino de imitar la manera en que este órgano procesa la información para dar solución a distintos problemas.
“No es nada físico, es algo que va en los primeros pasos. Al inicio es un programa de cómputo, posteriormente una máquina y después una máquina que pueda conectarse al sistema nervioso. Nosotros emulamos la corteza visual, es decir, creamos una corteza visual artificial y la aplicamos para resolver problemas de visión por computadora. En las primeras pruebas, es capaz de reconocer dónde hay caras, motocicletas o autos; esto pareciera muy trivial para nosotros pero para una computadora es un proceso sumamente complejo. A pesar de que está lejísimos de comportarse como un cerebro de verdad, estos son los primero pasos”, según expresó Aarón Barrera Román, quien realiza sus estudios de maestría en el posgrado de Ciencias de la Computación bajo la dirección del Dr. Olague.
El modelo propuesto por el Dr. Olague y su equipo no solamente toma las enseñanzas de las ciencias de la computación, sino también de las neurociencias. Barrera Román indica que el unir estas dos disciplinas permite que la programación de cerebros artificiales imite con mayor precisión las funciones del cerebro humano.
“Utilizar las neurociencias en este tipo de modelos es relativamente nuevo. En el trabajo Brain programming and the random search for object categorization que presentamos en el congreso “Evostar 2017” en Amsterdam, defendimos esta idea. Este congreso es el evento más importante a nivel mundial de gente que estudia la programación genética como parte de las ciencias de la computación, y sabemos que esta comunidad es un tanto rígida para aceptar nuevas maneras de resolver problemas. Entonces el reto fue venderles la idea de incluir modelos propuestos por la comunidad de neurociencias en los estudios de computación bioinspirada. Por otra parte, si fuéramos a un congreso de neurociencias ahí venderíamos la idea de utilizar las técnicas propuestas por la comunidad de ciencias de la computación, como es la programación genética, en sus estudios”, compartió Barrera Román.
El congreso “Evostar 2017” –indica Aarón Barrera- es un congreso bien organizado donde se tiene la oportunidad de tejer vínculos con investigadores y estudiantes de otros países para futuras colaboraciones.
“Considero que se trata de una valiosa experiencia para la formación de estudiantes como yo, ya que además de conocer las investigaciones que se llevan a cabo alrededor del mundo aplicando los algoritmos evolutivos, permite una interacción muy cercana con esta comunidad, lo que expande nuestra red de contactos y nos habilita para colaborar con investigaciones alrededor del mundo”, expresó.
Barrera Román comparte que a pesar de que tenía incertidumbre de cómo iba a ser recibido el trabajo, por mezclar las neurociencias y las ciencias de la computación, tuvo muy buena aceptación. Indica que al terminar su ponencia hubo preguntas y en el transcurso del congreso “Evostar 2017” se le acercaron estudiantes e investigadores para conocer más de su trabajo de tesis y de la propuesta de programación de cerebros, resultando con ello una posible colaboración y la invitación a la próxima edición del evento, cuya sede será en la ciudad de Parma, Italia, en 2018.
Ingeniería + Ciencias de la Computación + Psicología
El trabajo de tesis de Aarón Barrera se enfoca en buscar la manera de interpretar ondas cerebrales, con el fin de saber qué está pensando una persona, por ejemplo, si tiene hambre, frío, calor, si está molesta o contenta. El proyecto se encuentra a nivel de prototipo, sin embargo su aplicación futura es que pueda ser utilizado por pacientes que han sufrido alguna lesión o enfermedad que les impide comunicarse.
“Para el desarrollo del proyecto se invitó a un psicólogo para que formara parte del comité de tesis. Él trabaja en el DIF e invitó a una de sus pacientes al proyecto. Ella de alguna manera nos hizo desarrollar esta idea, pues trabajaba como supervisora en una maquiladora y en cuestión de una semana quedó en cama sin poder moverse ni hablar. La mayor comunicación que han logrado es a través de parpadeos. Ahora depende totalmente de su madre, quien cuando se pone inquieta comienza a preguntarle si tiene hambre, frío, sueño, y así van recorriendo una serie de emociones o estados hasta que indica que sí mediante parpadeos, lo cual dificulta en gran medida su comunicación”, explica el estudiante.
Poder establecer contacto con un paciente, ha sido trascendental para el grupo de trabajo. Barrera Román indica que le ha traído motivación a él, al psicólogo y a la familia de la paciente.
“Muchas veces vemos películas o series de ciencia ficción donde jamás imaginamos que lo que vemos se puede convertir en realidad. Pero ´si lo puedes imaginar, lo puedes crear´. Todo lo que usamos en nuestra vida diaria alguien lo imaginó; tiene que existir esa parte donde alguien piense que es posible para que se pueda hacer”, señaló finalmente Aarón Barrera Román.
Para conocer más del trabajo de tesis de Aarón visite el siguiente link: http://bit.ly/2qFD5x0