Por Felipe Sánchez Banda
Monterrey, Nuevo León. (Agencia Informativa Conacyt).- Con el objetivo de reducir las pérdidas y desperdicio de alimentos, especialistas del Tecnológico de Monterrey desarrollan estrategias y tecnologías sustentables en la etapa de poscosecha y almacenamiento para mejorar la conservación de granos.
“Lo que buscamos es disminuir la amenaza que significa perder alimento una vez que lo produces. En todos los niveles llama la atención que perder alimentos se ha considerado un problema menor. Siempre hablamos de producir más, pero no valoramos el hecho de que una vez que se han generado, los perdemos en distintos puntos de la cadena productiva”, subrayó el doctor Silverio García Lara, profesor investigador del Centro de Biotecnología FEMSA (CB-FEMSA) del Tecnológico de Monterrey y responsable del proyecto.
En esta iniciativa, que inició hace prácticamente 15 años, los especialistas aplican estrategias biotecnológicas integrales que permiten mitigar y reducir las pérdidas y el desperdicio de grano de poscosecha y almacenamiento. Por ejemplo, diagnóstico predictivo, uso de contenedores inteligentes, tecnologías de
poscosecha y servicios de información climática y de mercado, incrementan la productividad en forma sustentable, entre otros.“Nuestro primer paso fue diagnosticar en el país dónde se requiere estas tecnologías; el segundo paso fue identificar regiones donde se daban mayormente estas pérdidas. Desde el momento que se produce el alimento hasta que llega al consumidor, durante toda la cadena de producción y comercialización, se pierde alimento”.
García Lara indicó que la mayor cantidad de pérdidas se da desde la producción hasta el punto de comercialización, donde ocurre prácticamente 75 por ciento de pérdidas de alimentos. El otro 25 por ciento se desaprovecha cuando llega a la cadena comercial y al consumidor final.
“El verdadero problema de la pérdida de alimentos está al principio de la cadena. Hemos diagnosticado con mucho cuidado que desde campo, donde se produce, y hasta la distribución, es donde se da la mayor merma. Hemos verificado que este problema se da a nivel del agricultor, en el momento que está produciendo su alimento, en el momento que lo cosecha, cuando lo almacena y hasta cuando lo distribuye y comercializa. Las innovaciones que hemos generado están justamente colocadas en esta primera fase, donde la pérdida es mucho mayor”.
Estas innovaciones están aplicadas en buscar el control de todos los elementos que están asociados a la producción, cómo se da el proceso de cosecha y almacenamiento. Esta última etapa representa el mayor problema en pérdida de alimentos.
De acuerdo con información del proyecto, el almacenamiento sustentable de grano poscosecha tiene efectos ambientales muy positivos al promover su aplicación: uso eficiente del agua, ahorro de fertilizante, reducir las emisiones de gas efecto invernadero, reducir la erosión del suelo, sanear los suelos y conservar la biodiversidad.
El responsable del proyecto agregó que tres cuartos de los productores mexicanos se dedican a la producción de semillas y granos básicos (como oleaginosas, cereales, entre otros) y estos cultivos implican mayor cantidad de pérdidas.
“Comenzamos a desarrollar sistemas inteligentes de almacenamiento que se caracterizan por ser sustentables, rápidos, sencillos y de bajo costo para la agricultura, junto con variedades nuevas que tenemos resistentes a plagas y condiciones adversas durante el proceso de almacenamiento, además de buscar concretar la transferencia de esta tecnología, mediante nuevas empresas de base tecnológica (spin-off)”, puntualizó.
García Lara destacó que esta investigación tiene un carácter eminentemente social y un fuerte compromiso con el agricultor. Agregó que es importante vincular las nuevas generaciones de profesionistas con las necesidades del campo y generar innovaciones en la producción.
“Hemos logrado, en promedio nacional (del proyecto), una reducción de pérdidas de hasta 35 por ciento, pero hay localidades específicas donde hemos logrado hasta 80 por ciento cuando se implementa toda la tecnología que se puede dar. A lo que aspiramos es a llegar al 100 por ciento (es decir, cero pérdidas). Aún no hemos alcanzado a todos los agricultores, menos de ocho por ciento, es por eso que necesitamos tener mayor cobertura y apoyo por parte de los diversos sectores que conforman las cadenas productivas”.
A futuro, en 10 años aproximadamente, los especialistas esperan poder reducir hasta en 60 a 70 por ciento en promedio las pérdidas en todo el proyecto, es decir, que se pierda menos de 30 a 40 por ciento de alimento con los agricultores participantes.
Para el doctor Silverio García Lara, el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y fondos mixtos de gobiernos estatales, como el Estado de México, fueron determinantes para desarrollar la investigación. Actualmente en el proyecto participan más de 50 colaboradores y hace extensiva la invitación a quien desee unirse o contribuir con diversos tipos de recursos.
Un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a cerca de mil 300 millones de toneladas al año. Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – Comisión para la Cooperación Ambiental (FAO y CEC, respectivamente, por sus siglas en inglés). |