Fuente: JORGE MOLET, abogado especialista en Propiedad Intelectual, Protección de Datos Personales y Tecnologías de la Información. Investigador en Nymity, Inc., y colaborador editorial en www.registro.mx.
Un interesante caso se está dando en EE.UU, en el cual se discute la forma en que algunos empleados hacen uso de las plataformas en línea para el robo de información.
En esta primera etapa del juicio, Dustin Finkel (Demandado) solicita se desestime la demanda interpuesta en su contra de su ex-patrón, Abbot Laboratories (Actor), quién alega una divulgación ilegal de secretos industriales a través de una cuenta de Dropbox abierta por el ex-empleado.
Al ser contratado, el Demandado firmó un acuerdo de confidencialidad y no divulgación de información con la empresa, que prohibía el respaldo o almacenamiento de información digital en dispositivos personales, así como compartir cualquier información con personas ajenas a la organización.
El Actor sostiene que durante su empleo el Demando almacenó información confidencial y secretos industriales de la organización y transfirió la información a terceros abriendo una cuenta de Dropbox en línea haciendo uso de la computadora de la empresa.
Al ser despedido, el Demandado eliminó la información contenida en su cuenta de Dropbox, sin embargo, para su mala suerte la plataforma cuenta con una herramienta que permite a los usuarios recuperar cualquier archivo borrado en los últimos 30 días o más.
Al ser cuestionado, el Demandado se negó a demostrar que la información haya sido borrada de todos sus dispositivos de almacenamiento; tampoco permitió al Actor rastrear su actividad haciendo uso de la cuenta de Dropbox y mucho menos permitió que el profesional forense examinará su cuenta para asegurarse que la información hubiese sido eliminada y en su momento transferida.
En esta primera etapa del juicio se pudo acreditar que la información confidencial y los secretos industriales propiedad del Actor que fueron puestos a disposición del ex-empleado aún no han sido eliminados de los dispositivos del Demandado y muy posiblemente fueron transferidos a terceros; asimismo, toda vez que el Demandado no permitió al Actor acceder a su cuenta y tampoco permitió que se certificara que no se han recuperado los documentos, el Tribunal ha considerado no desestimar la demanda y continuar con el juicio.
Las empresas han descubierto que el robo de información mediante estas plataformas electrónicas es real y en ocasiones difícil de evitar físicamente. El éxito del caso que brevemente describimos, radica en que la empresa cuenta con un convenio de confidencialidad debidamente firmado por el ex-empleado y ha llevado a cabo las actividades probatorias necesarias para incriminar debidamente al Demandado. De lo contrario, no tendría acción alguna para poder dar escarmiento a quienes cometen este tipo de actividad ilegal. Como diría un tristemente famoso político mexicano, los “contratos de confidencialidad” no se cuentan, pero cuentan mucho.
Aquí les dejamos la referencia de esta decisión, para quien requiera mayor información:
https://www.leagle.com/decision/infdco20171120a10