Por Antonio Vargas
“El conocimiento se diferencia de todos los demás medios de producción en que no se puede heredar ni legar, tiene que ser adquirido de nuevo por todo individuo”
– Peter Drucker
En el pasado, pocas personas llegaban a las Universidades. El trabajo en general era algo constante, no sólo porque las personas hacían una carrera en una empresa determinada, sino porque el propio trabajo a desarrollar cambiaba poco. Los conocimientos, como las cosas, duraban más.
Actualmente, en la Era y Sociedad de la Información (y del Internet), el conocimiento crece de forma exponencial a una velocidad vertiginosa. También han desaparecido las distancias y el tiempo prácticamente se diluye, permitiendo que casi cualquier persona pueda tener acceso a la información más relevante del momento al poco tiempo de que se dio a conocer. A este ritmo de generación y proliferación del conocimiento, ¿cómo mantenerse al día?
Considero que el primer aspecto es reconocer que el conocimiento caduca rápidamente. Segundo, que hay que aceptar la idea de que el mundo continuará en gran movimiento, por lo que debemos partir del hecho de que toda la vida tendremos que estar aprendiendo cosas. Y tercero, que la persona que no se capacite constantemente quedará obsoleta cada vez más pronto; es decir, que la capacitación es un asunto que influye sobre el valor que tiene una persona para una determinada empresa u organización.
Recuerdo, por ejemplo: Que al siguiente semestre de terminar la carrera en Ingeniería Mecánica, se incluyó en el plan de estudios de dicha Facultad, el uso del Autocad, un programa de dibujo avanzado por computadora, recién salido al mercado en ese entonces. Es decir, yo acababa de salir de la Universidad y ya tenía desventaja con las nuevas generaciones que iban a egresar.
En esta época podemos decir que un profesionista estará vigente sin actualizarse -si bien le va- durante cinco años, luego de ese lapso es un hecho que ya estarán en el mercado cosas nuevas, y claro, nuevos profesionistas con esos conocimientos frescos buscando su oportunidad y su espacio.
Como puntualiza Peter Drucker (padre del Management moderno), en la sociedad del conocimiento en la que vivimos, el aprendizaje nunca termina. No será nada extraño que cada vez las personas tengan en su haber un mayor número de constancias de cursos, talleres o postgrados.
La forma de aprender y acceder al conocimiento también irá cambiando y nos tendremos que ir adaptando a esa realidad. Una tendencia en el futuro, que paradójicamente ya se usaba en la antigüedad, es que la capacitación será más interactiva, más vivencial, más lógica (por lo tanto, menos dogmática).
Por otro lado, se ahondará más en la experiencia personal e individual del conocimiento, lo cual es una característica intrínseca del mismo. Dicho de otro modo, cada individuo tiene que hacer suyo el conocimiento, y desde su experiencia, expresarlo.
Debido a lo anterior, cada vez más el conocimiento va a estar más diferenciado, y los profesionistas irán migrando al esquema de ser cada vez más sus propios jefes, porque ellos serán la autoridad sobre lo que desarrollan y ejecutan.
Otro punto a mencionar, es que el mismo cambio del conocimiento, hace no sólo que las personas tengan que aprender nuevos conocimientos y generar nuevas habilidades, sino que al mismo tiempo este mismo proceso las obliga para que desaprendan lo que sabían pero que ya no es operante. Es decir, estamos hablando de procesos de aprendizaje, que en algunos casos podrán ser complementarios, pero que en muchos de los casos serán antagónicos.
Quienes desaprendan más rápido tendrán una ventaja muy importante sobre las personas que se mantengan estáticas o cerradas al cambio. El crecimiento profesional no es debido a la casualidad, se debe en gran parte a entender cuáles son las tendencias que están por presentarse y a mantenerse actualizado, tomando y dejando el conocimiento según se requiera; y claro, en saber hacer cada vez más y mejores cosas con los muchos o pocos conocimientos con que se cuenten.
En la sociedad del conocimiento en la que vivimos, el aprendizaje nunca termina.