A lo largo de los años, múltiples generaciones hemos sido testigos de la evolución del estado del arte, ese continente acumulable día a día de información que nos da la pauta para afirmar o negar en un momento determinado, la novedad de un producto o de un proceso cualquiera, sea desde la creación de la rueda en varias de sus modalidades, pasando por varios utensilios de cocina, herramientas o máquinas de trabajo de diversas ramas, los medicamentos y miles de otros.
Por lo que se refiere a estos tiempos, a nuestra sociedad le ha parecido especialmente revolucionario en todos los sentidos esa medicina creada por Pfizer llamada “sildenafilo”, que con ciertas variantes ha sido usada para múltiples padecimientos en las personas, entre ellas la disfunción eréctil.
La clase más demandada comercialmente de este medicamento es el que se conoce como “viagra”, palabra registrada desde 1996 como marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial a nombre de pfizer products, inc. para distinguir precisamente la preparación farmacéutica compuesta para el tratamiento de trastorno en la erección.
Con todo y que dicho invento no fue precisamente generado con ese propósito sino hasta que se percataron de otros mejores efectos, en nuestro país, la misma compañía estadounidense cuenta con dos patentes del sildenafilo. La primera bajo el título de “Combinaciones Sinérgicas”, para un fin médico diverso al del “viagra”, amparado por la segunda patente presentada el 15 de julio del 2000 y vigente hasta el mismo mes y año del 2020, cuyo resumenindica: “La presente invención se refiere al tratamiento de disfunción eréctil con una combinación de un compuesto seleccionado de antagonistas de receptor alfa-adrenérgico, y un compuesto seleccionado de agentes que elevan los niveles de cGMP; el sildenafilo o una sal aceptable farmacéuticamente del mismo es preferido como el elevador de cGMP PDE.; también se incluyen composiciones y equipos que comprenden dichos compuestos de tratamiento de impotencia”, información visible en la base de datos de la Gaceta de Patentes, Registros de Modelos de Utilidad y de Diseños Industriales (Ejemplar de Julio de 2006, Sección de Patentes concedidas).
Muchas empresas competidoras e incluso pequeñas compañías dedicadas al sector naturista han tratado de asignar el mismo nombre de la pastilla azul con elementos adicionales a sus propios productos, aparentemente útiles para el mismo padecimiento, pero la realidad es que tanto el uso de la denominación VIAGRA, como del compuesto del producto son derechos exclusivos de propiedad industrial que, para poder ser explotados en cualquier forma, debe solicitarse autorización al titular de las marcas y las patentes correspondientes, si no se desea incurrir en conductas violatorias, sancionadas al amparo de la Ley de la Propiedad Industrial.
Independientemente de lo anterior, es innegable que este invento ha dejado huella importante en el estado de la técnica, pues no sólo ha venido beneficiando a un significativo sector de la población masculina, sino también ha sido directa –y positivamente– proporcional por lo que respecta al sector femenino.